7/12/12

PONGA A DIOS EN PRIMER LUGAR



Poner a Dios en primer lugar significa no confundirlo con las cosas que son de este mundo, sean instituciones políticas, tendencias económicas o clases sociales. En la antigüedad, el césar romano era emperador y, al mismo tiempo, divinidad. Cuando Jesús dijo, "Pues den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" (Lc 20.25), estaba estableciendo la separación de la institución política de Dios.
Tampoco se debe confundir a Dios con las cosas que ha hecho el hombre. Curiosamente, en el nombre de Dios clavaron a Jesús en una cruz y lo asesinaron, pues los fariseos pensaban que El era un mentiroso y se estaba haciendo pasar por Dios. Pensaban que para defender a Dios tenían que matar a Jesús. Paradójicamente, mataron al Hijo de Dios defendiendo el nombre de su Padre Dios.
Dios es el Creador de todo en el cielo y en la tierra y es la fuente de la que proviene todo. El está por encima de todo y de todos, superando lo político, económico y social. Ciertamente, Dios está presente y vive en la Iglesia, pero también trasciende la Iglesia y está en todas partes. Dios siempre está donde exista un ser humano.
Hay que tener muy claro el lugar que debe ocupar Dios en sus vidas y el respeto que El se merece por ser la fuente de donde nace todo. Respetar a Dios implica amarlo, honrarlo, darle gloria y no permitir que nada ni nadie ocupe su lugar. Respetar al Creador significa verlo en todas partes y, sobre todo, en cada persona en cuyo ser está Su divina presencia. Quien no respeta la dignidad de toda persona no puede estar respetando a Dios. Cualquier ofensa o daño que se hace a alguna persona se le hace también a Dios.
Todos los seres humanos están hechos a Su imagen y semejanza. En todos los bautizados está Dios de una manera plena. Por lo tanto, cada ser es templo del Espíritu Santo de Dios. Aún en los no bautizados existe la presencia de Dios, por eso en todo ser humano hay que ver al Señor. En el rico o el pobre, en cualquier persona de cualquier raza está el Señor y todo ser humano merece respeto por esto.
Hay muchas personas que han puesto en el lugar de Dios sus bienes temporales, tales como automóviles, fincas o dinero. Hay también gente que, en el lugar preferencial de Dios, ponen a ciertas personas a quienes idolatran, sea un artista de cine, un deportista, un político o un amante. Esto es un tremendo irrespeto a lo sagrado y divino que es Dios. Es terrible, porque Dios siempre debe estar en primer lugar y nada ni nadie puede sustituirlo o suplantarlo. Sólo hay un Dios y únicamente ante El tenemos que arrodillarnos.
Mucha gente pone precio a su alma y vende su prestigio, fama, honradez y dignidad al mejor postor. Prefieren vivir inmoralmente, con dinero y fama, que vivir moral y dignamente sin dinero, pero teniendo siempre a Dios. Esas personas que renuncian a la presencia de Dios y fabrican sus ídolos, se convierten en idólatras y ofenden a Dios, jugándose su propia salvación.
Los hombres deben respetar también la naturaleza, que es obra de Dios, ya que así se asegura la futura supervivencia del hombre en la tierra. Cuando el hombre destroza lo que Dios ha creado, ofende la voluntad divina. Ocurre lo mismo con el respeto al progreso humano, ya sea en el campo científico, económico o en los diferentes campos del saber. Todo lo que implique progreso positivo, sano y bueno ha sido deseado por Dios. Por eso, respetar y cuidar lo bueno que el hombre ha hecho es también respetar a Dios.
Respetar lo sagrado es poner siempre a Dios en primer lugar y no permitir que nada ni nadie se ponga en Su lugar. ¿Pone usted a Dios en primer lugar, o lo ha dejado a un lado por sus dioses baratos o mundanos? ¡Cuidado con irrespetar lo sagrado! Respete a Dios y póngalo siempre en primer lugar. 

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