24/4/17

NEGACIONISMO A LA TURCA: EL GENOCIDIO ARMENIO.




La noticia pasó muy desapercibida y podría sorprender a algunos, ya que el genocidiosufrido por el pueblo armenio a manos de los turcos hace un siglo, pasa por ser ungenocidio casi olvidado, de los que casi no se llevan al cine, ni se dan a conocer a través de cientos de documentales o publicaciones. Poco se sabe, además, del tratamiento que en la Turquía de hoy se da a ese  genocidio: la negación.
Según refería la agencia de información nacional Anadolu –citada por Fides-, el diputado armenio del Parlamento turco Garo Paylan, fue suspendido por tres sesiones parlamentarias después de hacer referencia al genocidio armeniodurante el debate en la cámara sobre la nueva Constitución turca, esa que Erdogan quiere aprobar para acaparar más poder; ya saben, el Erdogan que se adhirió a la “Alianza de Civilizaciones” propuesta por el expresidente español Zapatero en Naciones Unidas en septiembre de 2014…
El diputado osó citar el periodo en el que, desde 1913, armenios, asirios, griegos y judíos presentes en la Península de Anatolia fueron “expulsados de estas tierras o sometidos a la violencia, hasta llegar a sufrir masacres y el genocidio”. El pueblo armenio, destacó Paylan “sabe muy bien lo que pasó… Yo lo llamo genocidio, sea cual sea el modo en que lo llaman ustedes”.
¿Puede ser que en Turquía –país cada vez menos candidato a integrarse en la moribunda Unión Europea, al tiempo que cada vez más aliado de nuestras miserias- nombrar el genocidio armenio pueda ser objeto de sanción?
Lo es. Bastó que los ofendidos diputados del AKP, partido gobernante, solicitaran la medida disciplinaria: suspendido por tres sesiones.

“Hoy en Turquía en todos los niveles de la enseñanza se oculta y se niega no solamente la comisión del genocidio sino también la existencia de un pueblo armenio, de una nación armenia. Cualquier escrito en contra es destruido y su autor va preso; si es un intelectual conocido y acreditado es perseguido o asesinado. ¡Orhan Pamuk y Hrant Dink están a la vista! En Turquía no existe el derecho a la libre interpretación de la Historia: desde 1923, la Sociedad de Historia Turca impone obligatoriamente en todos los niveles de la enseñanza la “historia oficial de Turquía” y, quien se oponga, es severamente penado por la ley.” (Pascual Ohanian, doctor en Derecho y Ciencias sociales)

Los episodios que refiere el doctor Ohanian son más o menos recientes: el primero de ellos tuvo como protagonista al premio nobel de literatura del año 2006, el turco Orhan Pamuk, que fue procesado por decir que hubo un genocidio e insistir en que los turcos hoy debían reconocerlo. Por su parte, el armenio Hrant Dink, director de la revistaAgos, fue asesinado el 18 de enero de 2007 por ultranacionalistas turcos, tras recibir amenazas por publicar que hubo en Turquía un exterminio de un millón y medio de armenios, y que el gobierno turco debía reconocerlo. Sin embargo, el gobierno no sólo se niega a reconocer el genocidio armenio; su afirmación se tipifica como un “insulto a la identidad nacional” y, por tanto, una traición a la patria, según el artículo 301 del Código Penal.
La Agencia Fides refería en noviembre de 2016 un nuevo episodio de amenazas, que tuvo lugar frente a la redacción de Agos, semanario bilingüe armenio publicado en Estambul, cuando unos militantes ultra-nacionalistas pusieron una corona funeraria de flores negras y pronunciaron la frase “podemos venir en cualquier momento, durante la noche”. Esta frase había sonado ya cuando, en los meses anteriores a su asesinato, trataban de intimidar al antiguo director del periódico, Hrant Dink. Los responsables de las amenazas han sido puestos en libertad porque, según las autoridades, “no representan una amenaza real”.
El genocidio que sufrió el pueblo armenio en 1915 no había sido el primero. En 1896 el sultán Abdul Hamid había orquestado la masacre de más de cien mil súbditos armenios. Casi dos décadas después, el ministro del interior turco Talaat Bey –que sería un año después el Gran Visir Talaat Pasha- ordenaba la nueva masacre con un escueto telegrama: “Yak – Vur – Oldur” (quemar, demoler, matar). El diario del propio Talaat Pasha es una fuente inestimable para determinar la cifra de muertos delgenocidio armenio: 1.150.000 entre 1914 y 1917, el 77% del total.
Previamente, entre el 6 de agosto y el 14 de septiembre de 1910 se había celebrado en Salónica un congreso secreto de dirigentes del comité de los Jóvenes Turcos. Allí se escucharon discursos sobre la estrategia política de homogeneización de Turquía.

En virtud de las facultades otorgadas por la Constitución, se estableció la igualdad entre musulmanes y guiavur –infieles-. Pero ese es un ideal irrealizable. (…) Los guiavurs se complacen en oponerse a los intentos de otomanismo y representan una muralla infranqueable para la igualdad jurídica. Tratamos infructuosamente de transformar al guiavur en un otomano verdadero, y esos intentos fracasarán en la medida en que los países pequeños de la península Balcánica se dediquen a introducir ideas separatistas en la población de Macedonia. Por tantono puede haber cuestión de igualdad mientras no hayamos otomanizado al imperio. En lo relativo a nuestra labor me atrevo a vislumbrar que, sin embargo, habremos de triunfar. (…)Hoy sólo queda un medio: aniquilarlos por la fuerza de las armas. Es necesario adoptar una política centralizadora e imponer el panturquismo recurriendo, en caso necesario, al exterminio de los disidentes.

El 24 de abril de 1915 se recuerda como la fecha en la que el planificado genocidiocomenzaba. La comunidad armenia de Constantinopla se descabezaba con el arresto de su élite cultural, política e intelectual, que fue deportada al interior, sobreviviendo una mínima parte de la misma. A esta masacre siguió la de la población armenia, con una metodología recurrente: los hombres eran detenidos y asesinados. Las mujeres y niños se deportaban a pie a través de los desiertos de la actual siria. Muchas serían violadas, otras secuestradas o vendidas, mientras la mayoría morirían de hambre, sed y agotamiento en las cunetas. A las embarazadas se les arrancaban los hijos de las entrañas. En Trebizonda barcazas llenas de armenios se lanzaban al mar Negro y se provocaba su hundimiento (como sucediera en las Noyades de las matanzas de la Vendée, después de la Revolución Francesa…).

Los pocos hombres que quedaron con vida fueron llevados a las afueras y fusilados. A las mujeres y los niños se les encerraron en casas de los pueblos colindantes y allí fueron quemados vivos o ahogados en el río.

Algunos lograban sobrevivir a las “marchas de la muerte”. La última fase de la deportación incluía el transporte en tren, apiñados en vagones de ganado. Se les alojó en campamentos insanos donde la mayoría morían enfermos. Quienes alcanzaron campos de concentración en el norte de Siria fueron brutalmente eliminados.

En cada estación donde parábamos, topábamos con aquellos trenes. Estaban formados por vagones de ganado, y las caras de los niños observaban desde dentro, tras los barrotes de cada vagón. Las puertas estaban abiertas de par en par y se podía ver perfectamente a ancianos y ancianas, madres jóvenes con bebés, hombres, mujeres y niños, todos hacinados como ovejas o cerdos.



La evidencia del genocidio armenio es arrolladora. Nos ha llegado de testigos directos, relatos de supervivientes, apuntes de algunos de los asesinos, informes de misioneros, diplomáticos y soldados extranjeros, y oficiales del ferrocarril turco. A pesar de las medidas tomadas para que no quedaran evidencias fotográficas, algunos testigos horrorizados, como el médico alemán Armin Wegner, consiguieron tomar fotografías de las atrocidades. Pero tal vez la más terrible evidencia de todas es el hecho de que las zonas del oeste de Turquía que habían sido el hogar de los armenios durante cientos de años ahora forman una “Armenia sin armenios”. (Patrick Thomas – Remembering The Armenian Genocide)

El misionero protestante alemán Ernst Jakob Christoffel, conseguía en marzo de 1917 enviar una carta a Berlín, en la que añadía que, entre los deportados, “el número de cristianos armenios desciende cada día por las enfermedades y las conversiones forzadas”, y hablaba de “la completa aniquilación de una nación cristiana”.
Un elemento integrador de la identidad armenia es la conciencia de formar parte de la más antigua nación cristiana. Armenia fue el primer país en aceptar el cristianismo como religión nacional cuando el rey Trdat fue convertido por San Gregorio el Ilumnado en el año 301Un autor francés, estudioso de la poesía antigua armenia, afirma que las horribles torturas que el santo había soportado ante el rey antes de la conversión de éste se podrían ver como una prefiguración del destino de Armenia…

De los aproximadamente 27000 habitantes de Zeytun, los hombres fueron deportados a través de los áridos caminos del Éufrates hasta Deir es Zor mientras las mujeres, jóvenes y niños se deportaron a la zona de Angora; así, los hombres fueron separados de las mujeres por 1000 kilómetros. Durante la deportación las chicas jóvenes eran secuestradas y llevadas a los harenes turcos, y las mujeres eran violadas en los pueblos musulmanes. (Informe del misionero Dr Johannes Lepsius)

Algunos testigos, como el médico misionero americano Clarence Ussher, nos han dejado referencias de cómo la propaganda turca tergiversaba la información de las masacres. Anotaba, por ejemplo, cómo el gobernador de Van informó a las autoridades que habían sido asesinados “55000 musulmanes asesinados por cristianos” cuando, en realidad, él mismo había ordenado la masacre de 55000 armenios.


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Apostilla de la ANC:


Aquellos verdaderos crímenes de lesa humanidad no son reconocidos, pues quienes se rotulan con el nombre de “guardianes de la paz mundial”, son quienes cometen, consienten y financian esos genocidios, ya que son sirvientes de la elite mundial. Armenia es una nación bendecida con el martirio. Es un ejemplo de resistencia y perseverancia en la Fe. Ésta persecución a cristianos sigue hasta hoy, y continuará, aunque los medios de comunicación no los propaguen, tergiversen y justifiquen. En Occidente nos encontramos sumergidos en una corrupción que abarca todos los aspectos. Fruto del individualismo y materialismo extremo. Y esta persecución también se sufre, ya que quienes nos gobiernan sirven a la sinarquía internacional y la cúpula de la Iglesia, en su mayoría, se encuentra sumergida en el progresismo liberal.

Aquellos reales genocidios, a la par de ser acallados, tergiversados, y hasta eliminados; son además, si cabe, usados en la Historia Oficial Mundial que el SISTEMA, a través de sus acuciantes y múltiples brazos, crea día a día con el fin de erradicar todo aquello que, de algún modo, refleje a Aquel único merecedor de decir que sufrió Holocausto, a Cristo. Así, por tanto, de aquella primer Nación Cristiana, nada debe quedar.

En estos tiempos de engaños y tribulaciones, debemos mantenernos firmes en la Fe. En el testimonio. Ser perseverantes en la oración y en la militancia. 

Nuestro apoyo total al pueblo armenio. 





¡TURQUÍA ESTADO GENOCIDA! - ¡SIN JUSTICIA NO HABRÁ PAZ!



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