Meditemos sobre la centralidad de Nuestro Señor Jesucristo y Su Santa Iglesia en nuestra vida, y preguntémonos con sinceridad: ¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué hago por Cristo? ¿Qué debo hacer por Cristo?
Aspiremos a ser, como San Ignacio de Loyola, “CONTEMPLATIVOS EN LA ACCIÓN”.
ALMA DE CRISTO, oración de San Ignacio de Loyola
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén.
Para leer la biografía de San Ignacio en corazones.org (PRESIONE AQUÍ)
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