16/11/13

CARTA ABIERTA AL DIPUTADO EDUARDO AMADEO



Carta del camarada Cristian Rodrigo Iturralde a propósito de los incidentes ocurridos en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires el martes 12 de noviembre.


Estimado Sr. Amadeo:

No sin antes saludarlo cordialmente y felicitarlo por su oposición a la despenalización del aborto y la liberación de las drogas, aprovecho la oportunidad para dirigirme a Ud. a efectos de expresar mi desacuerdo y estupor ante su desmedida reacción –cuasipatoteril- y declaraciones vertidas en ocasión a los eventos conocidos del martes pasado en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires. Sin mesura alguna, no trepidó siquiera en increpar niños ni en lanzar gravísimos e impropios epítetos –con el agravante que es Ud. Diputado- sobre ciudadanos que pretendieron mostrar su desacuerdo con la ceremonia de marras, calificándolos, muy ligeramente, de ¨miserables nazis¨ (N.A.: curioso caso de nazis que rezan devotamente el Rosario).


Si fuera Ud. tan amable, me gustaría, Sr. Diputado, que responda algunas de las inquietudes que me han surgido a este respecto, pues entiendo que debe una aclaración a parte de la ciudadanía: 

1- ¿En que hechos, evidencias y derechos se apoya para endilgar a estas personas el –siempre indeleble y descalificador- rotulo de nazifascistas, refiriéndose incluso a sacerdotes legítimamente ordenados como ¨miserables disfrazados de tales¨? 
2- ¿No es acaso la difamación y la calumnia, además de inmoral, un delito penado por la Constitución Nacional? 
3- ¿Qué fue lo que a Ud. indignó y sería lo reprobable aquí: la profanación de un templo católico o la interrupción momentánea de un homenaje a la comunidad judía? 
4- Por último me gustaría saber qué entiende por ¨tolerancia¨. ¿Debe ésta ser recíproca?
5- Si lo que Ud. busca son ¨nazis¨, Amadeo ¿por qué no se toma como cualquier hijo de vecino el 85 a Isidro Casanova y expresa personalmente y con la misma desbordante energía al Sr. Luis D´Elía lo propio? Eso sí: sin cámaras de TV.

Son seis preguntas que le ruego tenga a bien responder y esclarecerme.

No obstante, duela reconocerlo, su actitud es lógica y coherente, incluso entendible. Pues, hay que decirlo, a nadie escapa el hecho del rédito político que supone la realización de ilimitadas concesiones a ciertas comunidades/lobbys –sean estas justas o injustas- y la condena de todo acto -mal denominado- ¨antisemita¨. Contrariamente, sabemos, en la carrera por la ascensión política, denunciar y condenar toda acción en que la víctima sea la propia Iglesia Católica goza de un completo descrédito. (Ojala pusiera la misma energía en condenar las decenas de profanaciones y agravios que sufren la Iglesia, sus sacerdotes y los laicos casi a diario).

Un poco de historia y un consejo, Sr. Diputado: aprenda de los judíos. Ellos defienden en forma incondicional sus creencias y a su comunidad (justificando incluso el verdadero holocausto que cometen contra los palestinos en Medio Oriente). Deje de proclamar como dogmas cosas que no son tales y de rememorar hechos de cuestionable veracidad histórica y comience por recordar y defender su propia historia: 100 millones de cristianos asesinados en 70 años de comunismo, otros millones entre Nagasaki y Dresden y otros tantos linchados diariamente en Medio Oriente. 

Sino, al final, será como dijo la vez pasada un buen amigo con respecto a los argentinos de GreenPeace detenidos por los rusos: ¨No se entiende. Estando tan necesitados nuestros compatriotas, habiendo tanta hambre e indigencia en nuestro país, éstos se van a salvar ballenas a Rusia. ¿Por qué no dan primero una mano a los nuestros? La respuesta en realidad es harto sencilla: es más chic, ciertamente, salir en defensa de una tortuga del Mar Rojo que ayudar desde el anonimato a los propios hermanos de Formosa o el Chaco.

Un peso y dos medidas

Sin más, lo saludo atentamente.

Cristián Rodrigo Iturralde

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