26/10/12

RIOS DE SANGRE


2 comentarios:

  1. EL amor recíproco entre una madre y su hijo es capaz de ayudar a superar la desgracia de la violación. Pero ni siquiera la muerte del violador será capaz de ayudar a esa madre a superar la desgracia del aborto. Pues el remordimiento es un dolor más penetrante que el resentimiento, y más terrible que padecer una injusticia es perpetrarla.
    ¿Por que se afanan las abortistas por convencer a una mujer violada de que viole ella misma la ley natural mas alta de todas: el derecho a la vida del inocente? ¿Por que esa nefaria monicion de bañarse su cuerpo magullado con la sangre latente de su hijo? ¿por que no ofrecen otro remedio que el filicidio, ni otra salida que la resignacion, ni otro fin que la desesperacion? ¿Por que en lugar de prestarle compañia y solidaridad le acercan el arma homicida y un manojo de mentiras? Despierten mujeres! Ya es suficiente de esta deleterea retorica! Dejen de oir a estos necrofagos financistas, ¿que pueden estos aconsejar sobre la vida si no dudan en aniquilar la inocente? A los que no les temblo el pulso para guillotinar al indefenso ¿le temblara acaso la voz para aconsejar crueldades? Mujeres, ustedes son la flor delicada de la vida, intuitivas de toda forma incipiente e inocente de vida, no permitan que una ideologia brutal les arranque ese inestimable y unico don.

    “Los niños siempre son como quieren que sean aquellos que los aman” Paul de Kock

    ResponderEliminar
  2. Los católicos somos más femeninos que las feministas, porque defendemos a las mujeres desde que están en el vientre materno.

    Yo quisiera creer a las abortistas cuando garrapatean sus argumentos sobre la base de la violacion de una mujer; yo quisiera creerles cuando me quieren convencer con su sensibilidad y moralina, con su aparente solidaridad para con la mujer que sufrio tan terrible azote. Pero no puedo. No puedo creer que sientan piedad por una mujer abusada, y ninguna por un ser inocente e indefenso. Si se dedicara a perseguir encarnizadamente al violador, seria su desfogue cosa hasta loable y encaminada. El celo por la justicia podria condecorarlas. Pero como lo unico que hacen es esgrimir sus cimitarras contra lo mas debil e inocente, yo me permito dudar. Yo no les creo nada. Yo solo puedo pensar que sus argumentos no son mas que falacias que apelan a la misericordia del pueblo (lo que los vuelve cinicos hasta lo revulsivo), que usufructuan el desgarro de la mujer para abonar sus tesis asesinas, y que, en definitiva, explotan ideologicamente a las explotadas sexualmente. Por eso yo no les creo. Por eso yo las acuso del latrocinio de amasijar los gritos y las dolencias de las mujeres violadas para fabricar infames municiones destinadas unicamente a ametrallar a los niños del futuro.

    “La fuerza que vence al mundo es nuestra fe” 1 Jn 5, 4b

    Abrazo a ANC,
    en Cristo y María


    ResponderEliminar