¿Sería
un caso de falsedad ideológica hablar de Independencia? ¿Tal vez un error de la
historia? Es por demás curioso hablar de Independencia cuando España nunca
consideró a las Indias como “colonia”. Nunca fue encontrado ese término en los
millares de documentos legislativos existentes durante los tres siglos de la
mal llamada colonización española.
Podemos
si hablar de la evangelización de América, de la gran obra que España realizó, mismo
que a la izquierda cipaya y pro británica le moleste; es necesario dejar claro
que desde el año 1538 hasta 1812 aproximadamente se fundaron unas 30
Universidades, 16 colegios mayores, se logró pacificar y evangelizar tribus por
demás violentas y crueles, hasta llegar a los primeros esbozos de la nueva
identidad nacional cuando se unificaron (o mestizaron) pueblos enteros, bajo un
mismo Credo.
¿No fue
acaso el independentista y constitucionalista venezolano quien dijera en una
carta a Simón Bolívar “España nos ha
hecho la guerra con hombres criollos, con dinero criollo, con provisiones
criollas, con frailes y clérigos criollos”? claramente el pueblo se
resistía a ese movimiento independentista; criollos, indios y negros se habían
armado para defender a su Rey.
En
nuestro suelo Castelli fusilaba a Santiago de Liniers décimo Virrey del Rio de
la Plata y quien comandara la Reconquista de Buenos Aires. Moría la Patria y
nacía la “Independencia” que nos dividiría en pequeñas republíquelas, muy convenientes
a Inglaterra y Francia.
Hoy
festejamos la Independencia: somos un país emergente que quiere ingresar al
primer mundo, algo lastimoso para nuestra Patria y nuestra gente, una verdadera
vergüenza para nuestros mártires y una traición a las generaciones futuras.
Esa
independencia o malversada soberanía de la que creemos gozar no es más que un
engaño, dado que el 15 de Julio de 2010 Argentina sanciona la mal llamada ley
de “Matrimonio Igualitario” expresión primaria de la ideología de género que
desprecia el orden natural o toda expresión religiosa y científica, pretendiendo
basar la sexualidad humana en una expresión cultural, una construcción personal
o colectiva en la que uno puede ser o sentirse cualquier cosa, donde el sexo
masculino o femenino no es más que una “imposición de la Iglesia o del
patriarcado”, dando lugar a la diversidad de géneros donde se incluye la
necrofilia, la pedofilia, la zoofilia y otras degeneraciones parecidas. Una
tiranía perversa que hoy nos pretende obligar bajo penas de prisión efectiva a
llamar de Madre a un hombre disfrazado
de mujer o que los Padres sean obligados a educar a sus hijos según la
ideología de turno que impone el Estado, el mismo que en el año 2012 junto a la
Corte Suprema de Justicia de la Nación dictara una sentencia que permitía
promover el aborto, basándose en recomendaciones de funcionarios
internacionales de la OEA y de la ONU, quienes a su vez pretendían fundarse
sobre interpretaciones de los derechos del niño, de la mujer, la convención
Americana sobre derechos humanos, la convención sobre la eliminación de todas
las formas de Discriminación sobre la mujer y otros instrumentos
internacionales de los que nuestro país sería parte.
Un “estado
soberano” entregado y sometido a organismos internacionales que no es capaz de
defender el derecho a la vida como primer derecho humano, como algo que ni
siquiera puede ser sometido a un debate.
Con
anterioridad en el año 2003 nuestro “Supremo Tribunal” supuesto garante y
custodia de las libertades y derechos fundamentales, comenzó una persecución
contra personal de las F.F.A.A., F.F.S.S. y civiles que combatieron la
guerrilla marxista en los años 70. Hoy miles están presos, unos 400 murieron en
prisión por haber librado una guerra contra un enemigo que fue financiado y
entrenado por estados extranjeros, una guerra fratricida, donde no debería
haber sido secuestrado, ni herido ni muerto ningún argentino, hubo errores,
engaños y una dirigencia traidora que respondió a otros intereses que no eran
los nuestros.
Claramente
podemos decir que por sobre nuestra propia constitución y contra lo que esa
misma Corte sancionará anteriormente se violó todo tipo de justicia, derecho y
libertad. Mismo un indulto que solo benefició a la guerrilla, que recibiría
subsidios millonarios y pensiones para ellos y sus familiares. ¿Qué pasó con
las víctimas de la subversión y sus familiares, con los civiles inocentes que
cayeron sin tener arte ni parte en esa guerra? Para ellos no hubo justicia, ni
memoria, ni pensiones mucho menos reconocimiento histórico.
Más una
vez, un Estado que sometido desde el exterior no fue capaz de lograr la
pacificación de la argentina basándose en la justicia y por medio de la
manipulación y la mentira continúa dividiendo la sociedad.
¿De qué
independencia podemos hablar cuando argentina vive endeudada? desde el
empréstito Baring Brothers a la actualidad, somos víctima de la traición de
gobernantes que dicen ser “representantes del pueblo”, ese mismo pueblo que en
un acto de egoísmo, comodidad o cobardía los elige y reelige dado que son los
mismos de siempre, en la política, la justicia y las finanzas. No importa el
partido, la moneda, la tasa o el tipo de cambio, siempre nos han endeudado para
su propio beneficio o el de sus verdaderos amos: la banca internacional, la sinarquía,
la masonería o la tiranía sionista que siempre gobernó a la Argentina desde las
sombras.
¿Queremos
hablar de Independencia? Antes debemos hacer justicia con nuestros héroes,
nuestros mártires y nuestra historia. Nuestra peor ceguera, la capitulación más
deplorable y cobarde es abandonar esa lucha en defensa de nuestra Fe, nuestras
tradiciones, dejar de proclamar una Argentina grande que ejerza de verdad su
autodeterminación política y económica. Debemos dejar de lado ideologías que
sirven al Nuevo Orden Mundial y al sionismo en desmedro de lo nuestro,
desenmascarar a los traidores disfrazados de revolucionarios que no son más que
agentes del imperialismo, a los administradores de turno que ejecutan políticas
dictadas por organismos económicos internacionales. Debemos recuperar la Fe y
la esperanza, la dignidad que un día tuvimos como pueblo, no podemos despreciar
aquello que Dios en su infinita bondad nos dios como propio, es ahí donde la
realidad política nacional se convierte en un derecho autentico, en una
realidad metafísica cuya existencia se afirma por sí misma, la Patria, ese
bagaje religioso, histórico, social y cultural que nuestros antepasados
construyeron, son la manifestación genuina de este principio metafísico. Es a
partir de esta cosmovisión del orden político y social que hemos de comenzar la
lucha por la independencia nacional. Sabemos quiénes son los traidores, quienes
son los verdaderos enemigos de nuestra Patria, pues entonces debemos decirlo en
voz bien alta y firme:
¡LA VERDADERA INDEPENDENCIA ES ROMPER CON EL
IMPERIALISMO SIONISTA Y LA USURA!
Acción Nacional Católica.
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