6/8/13

EL PENSAMIENTO DE JOSÉ ANTONIO (IV): LA SUPERACIÓN DE LA LUCHA DE CLASES

Mártires Falangistas asesinados por la turba roja: José Antonio,
Ramiro Ledesma Ramos, Julio Ruiz de Aldá y Onésimo Redondo
El nuevo Estado no se inhibirá cruelmente de la lucha por la vida que sostienen los hombres. 
No dejará que cada clase se las arregle como pueda para librarse del yugo de la otra o para tiranizarla.
El nuevo Estado, por ser de todos, totalitario, considerará como fines propios los fines de cada uno de los grupos que lo integren, y velará, como por sí mismo, por los intereses de todos. 
La riqueza tiene como primer destino mejorar las condiciones de vida de los más, no sacrificar a los más para lujo y regalo de los menos. 
El trabajo es el mejor título de dignidad civil. Nada puede merecer más atención al Estado que la dignidad y el bienestar de los trabajadores. 
Así considerará como primera obligación suya, cueste lo que cueste, proporcionar a todo hombre trabajo que le asegure no sólo el sustento, sino una vida digna y humana. 
Eso no lo dará como limosna, sino como cumplimiento de un deber.

Por consecuencia, ni las ganancias del capital -hoy, a menudo, injustas- ni las tareas del trabajo, estarán determinadas por el interés o por el poder de la clase que en cada momento prevalezca, sino por el interés conjunto de la producción nacional y por el poder del Estado. 
Las clases no tendrán que organizarse en pie de guerra para su propia defensa, porque podrán estar seguras de que el Estado velará sin titubeo por todos sus intereses justos. 
Pero sí tendrán que organizarse en pie de paz los sindicatos y gremios, porque los sindicatos y los gremios, hoy alejados de la vida pública por la interposición artificial del Parlamento y de los partidos políticos, pasarán a ser órganos directos del Estado.

En resumen. 
La actual situación de lucha considera a las clases como divididas en dos bandos, con diferentes y opuestos intereses. 
El nuevo punto de vista considera a cuantos contribuyen a la producción como interesados en una misma gran empresa común.
Así el nuevo Estado habrá de reconocer la integridad de la familia como unidad social; la autonomía del municipio como unidad territorial, y el sindicato, el gremio, la corporación, como bases auténticas de la organización total del Estado.

Punto Iniciales de Falange Española (VI. De la Superación de la Lucha de Clases), publicado por José Antonio Primo de Rivera el 7 de diciembre de 1933.

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