Debido a la sucesión de absurdos y de ofensas gratuitas que han vertido en espacios virtuales algunos cobardes contra la Acción Nacional Católica (ANC) de la Argentina, consideramos oportuno reafirmar lo siguiente:
Somos miembros de la Santa Iglesia Católica, fundada por nuestro Señor Jesucristo, y guiada por el Espíritu Santo hasta el fin del mundo.
Conservamos las Sagradas Escrituras, la Tradición y todo el Magisterio de la Santa Iglesia, entrelazados y unidos.
Estamos en comunión con Roma, aceptando y obedeciendo al Sumo Pontífice, y reconociendo la continuidad histórica del papado desde San Pedro hasta el Beato Juan Pablo II, el amadísimo Papa Emérito Benedicto XVI y Su Santidad Francisco.
Reconocemos que el Vicario de Cristo ha recibido de nuestro Señor la autoridad para “atar” y “desatar”, y para conducir legítimamente la barca de Pedro que es la Santa Iglesia. Y por promesa divina sabemos que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
El pasado sábado 20 de abril la Acción Nacional Católica participó en la capital argentina de la Santa Misa oficiada en las puertas de la Catedral Metropolitana, con motivo del inicio del ministerio pastoral de Mario Aurelio Poli como Arzobispo de la ciudad de Buenos Aires y Primado de la Argentina.
Observamos con asombro cómo nuestra oración sincera por el bien del nuevo pastor y de la Iglesia en la Argentina ha suscitado el enojo de unos pocos imbéciles, que han lanzado insólitos agravios contra nosotros.
Invitamos a quienes tengan algún problema con nuestra pertenencia a la Santa Fe Católica, nuestra fidelidad al Romano Pontífice, y nuestra amistad con sacerdotes católicos, y que deseen provocarnos de manera insultante -ya sean marxistas, mahometanos, sionistas, sedevacantistas, masones o de la secta que fueren-, a dejar la cobardía y los ambages de lado, y presentarse personalmente para intentarlo.
Acción Nacional Católica (ANC)
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