31/10/14

AMIGOS DE IRAK


La tarde del pasado martes, 28 de octubre, tuvimos el privilegio de asistir a la conferencia que brindó en el Colegio Público de Abogados de la ciudad de Buenos Aires el P. Luis Montes, sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado, actualmente a cargo de la catedral de rito latino de la ciudad de Bagdad, en Irak. Con toda la carga y el peso de la autoridad que da el testimonio de lo visto y padecido en carne propia, el religioso compartió la experiencia estremecedora de su ministerio, ya a estas alturas heroico, en la tierra de los nuevos mártires de Cristo. No vaciló en calificarlos de ese modo, en efecto, equiparándolos, y con razón, a los cristianos de los primeros tiempos, e incluso a los santos macabeos que nos presentan las páginas del Antiguo Testamento, con cuyas hazañas en defensa de la fe guardan una similitud asombrosa las gestas de estos hermanos que sufren día a día el azote de la más feroz de las persecuciones.

El contexto geo-político en que se sitúan estos acontecimientos es de todos conocido, aunque vale la pena recordarlo. En efecto, el país de Irak, ubicado en la región de Medio Oriente (sudoeste asiático), se halla en el foco de conflictos bélicos continuos ya desde hace años, pero principalmente a partir de la invasión norteamericana del año 2003, dirigida a acabar con el régimen de Saddam Hussein. Fue en el marco de aquellos sucesos que surgió, con la finalidad de defender el país del ataque occidental, una organización terrorista, que es actualmente el ISIS (o Estado Islámico), grupo extremista que se articula como un Estado no reconocido, y que busca expandirse a través de la región, controlando al presente parte del territorio de Irak y Siria. Representante del Islam más radicalizado, sus miembros ven en los cristianos a sus más acérrimos enemigos, y consiguientemente buscan su aniquilación. En medio de esta realidad dramática ejerce su ministerio el P. Montes, quien, junto con el P. Jorge Cortés, miembro también del IVE, atiende espiritualmente a los fieles cristianos, que ven de este modo amenazada su vida cada día, ante el inexplicable silencio de la comunidad internacional, que parece reservar sus reivindicaciones y propuestas para temas que considera más apremiantes, como la promoción del aborto, la homosexualidad o la anticoncepción.

Por completo ajeno al discurso edulcorado de la cultura democrática occidental, la conferencia del P. Montes buscó ante todo poner de relieve la magnitud delos sufrimientos a que se ven sometidos los fieles de la región, que van desde el despojo de todos su bienes hasta las más matanzas más crueles e inhumanas. Una muestra de la brutalidad sistemática desplegada por el ISIS es la que ha podido verse con ocasión de la ejecución del periodista norteamericano James Folley, por citar solo un ejemplo, cuyo video fue publicado y difundido en todas las redes. En todo caso, ello no es más que un destello de lo que constituye su tarea día y noche, y que tiene en los cristianos, insistimos, su blanco principal.

La doctrina del Cuerpo Místico de Cristo, que no es más que la doctrina sobre la Iglesia en su esencia más íntima, encuentra en este caso una notable aplicación práctica, como también se encargó de subrayar el sacerdote, exhortando en todo momento a los concurrentes a elevar a Dios su oración y su sacrificio en favor de los hermanos perseguidos, además de otras vías de ayuda económica, particularmente apremiante en un momento en que apenas es posible satisfacer las necesidades básicas de la población cristiana. En especial invitó el religioso al rezo del Santo Rosario, recordando el memorable triunfo en la batalla de Lepanto, obtenido gracias a esta hermosa oración. 

Para más información: 


29/10/14

A CUATRO AÑOS DE LA MUERTE DE KIRCHNER


ES UNA PENA QUE MURIERAS, KIRCHNER. 
Este no es el final que yo deseaba. 
Tu corcel desbocado de ambiciones 
se estrelló cuando menos lo esperabas. 

La muerte no perdona ni a los reyes. 
Para morir solo basta que estés vivo.
Y a veces se solaza con algunos 
por su soberbia y su talante altivo. 

Tu mortaja será igual que todas, 
sin oropeles y ningún bolsillo, 
así que tu riqueza acumulada, 
para vos ya no tendrá sentido. 

Tu muerte no me alegra, te lo juro, 
porque pensaba en un final distinto: 
rindiendo cuentas a mi Patria amada 
de la perversidad de tus caprichos. 

Aunque quisiera no me aflora el llanto. 
Es infinita la lista que analizo, 
de odios, de rencores, de venganzas,
de avaricia insaciable y sin sentido. 

Es imposible enumerarlas todas 
porque llega la lista al infinito,
comenzando allá lejos y en tus pagos,
donde dejaste a montones sin su nido. 

Yo quisiera llorar, pero no puedo. 
Cuando lo intento se aparece un niño 
con los mocos colgando y harapiento 
porque vive en el norte y es un indio. 

Repartiste millones, no los tuyos,
multiplicados a increíble ritmo, 
pero siempre cargados de impudicia, 
de corrupción, de sobornos y de vicios. 

Elegiste las heces de mi pueblo 
y los llevaste a gobernar contigo,
por eso el mal olor que emanan todos, 
denuncian un sistema corrompido.

Al campo lo querías de rodillas, 
y querías ver preso al periodismo, 
peleado con el Clero y con el Papa, 
con Europa y con todos los vecinos. 

¡Basta, por Dios! ¡Fue Dios quien dijo basta! 
Pidió tu extradición y se la dimos. 
Allá te juzgarán, pero ¡cuidado!: 
no será de Oyarbide el veredicto. 

Yo quisiera llorar, pero no puedo. 
Al Supremo Hacedor perdón le pido. 
No deseo la muerte para nadie. 
Que lo juzgue el Señor como es “De Vido”.

(Anónimo; 2010)

27/10/14

JORDÁN BRUNO GENTA: A CUARENTA AÑOS DE SU MARTIRIO


Sumándonos a la serie de merecidos homenajes que en este día le tributan los católicos argentinos, es preciso dedicar, al cumplirse el 40° aniversario de su martirio, algunas convenientes palabras de elogio a la figura de Jordán Bruno Genta, uno de los más eminentes abanderados de la causa de Cristo Rey en nuestra patria durante los trágicos años setenta, signados por la conflictos armados que se desplegaron por más de una década, con ocasión de la amenaza subversiva de la guerrilla marxista. Entre las numerosas víctimas de la misma, a este respecto, se cuenta Genta, acribillado a balazos en día por miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo -22 de Agosto-, cuando se disponía a asistir a la Misa –precisamente- de la festividad de Cristo Rey.

Hijo de un anarquista ateo y anticlerical, Genta recibió al nacer (sin bautismo de por medio, naturalmente) el simbólico nombre de Jordán Bruno, en memoria del célebre monje heresiarca ajusticiado por la Inquisición el año 1600, a saber, Giordano Bruno, devenido pronto “mártir” del libre-pensamiento moderno. Su adolescencia y juventud mucho distó de ser ejemplar, si bien pronto se destacó por su carácter distinto y su inteligencia profunda. Su filiación ideológica durante los años de carrera universitaria (ingresó a la facultad de Filosofía y Letras de la UBA) fue predominantemente marxista, pese a que fue en esta época que trabó algunas relaciones llamadas a ejercer una benéfica influencia en orden a su transformación posterior, en especial el conocimiento de su esposa, María Lilia Losada, de familia española tradicional y católica, con quien se casaría en 1934.

Habiéndose trasladado por problemas de salud a la tierra cordobesa, se abocó a la lectura de los clásicos, en especial Platón y Aristóteles, con lo que su panorama intelectual comenzó a experimentar un profundo cambio, aunque su conversión y bautismo (seguido de la celebración de su matrimonio cristiano) llegarían recién en 1940, mientras residía en la ciudad de Paraná, en calidad de interventor de la Universidad del Litoral. Por aquel entonces, también su pensamiento político había dado un vuelco hacia el nacionalismo, tan pujante a la sazón, asociado al fecundo movimiento del revisionismo histórico.

Munido de las renovadas fuerzas espirituales recibidas en su conversión, el magisterio de Genta se había hecho a partir de entonces más vigoroso que nunca. Sin embargo, su empuje pronto vino a chocar con los intereses de la política de turno, a saber, el peronismo, aunque el ostracismo a que se vio obligado no menoscabó, antes sirvió para dar más fuerza a su tarea docente, que se multiplicó con generosidad. La prueba definitiva en este campo, con todo, no había llegado. Podemos decir que la recepción de su Primera Comunión, en 1952, señala el fin de esta etapa que podríamos denominar “de conversión”. Desde ese momento, en efecto (ya está instalado en Buenos Aires), dedicará lo mejor de sus fuerzas a la instauración del reinado social de Jesucristo.

Ya hemos aludido al conflicto que embargó a nuestro país durante la luctuosa década del 70´. No vamos a abundar aquí al respecto, pero baste señalar que las fuerzas del marxismo, que comenzaban a manifestarse en varios países de Latinoamérica, también hicieron estragos en el organismo de nuestra patria, queriendo usurpar el poder a sangre y fuego. Claro está que encontraron un obstáculo no pequeño en los verdaderos católicos de aquel entonces, entre los que se contaba, como figura destacada, la de nuestro filósofo, Jordán Bruno Genta.

Como no podía ser de otro modo, las amenazas no tardaron en llegar. Pero mucho más que esto hacía falta para acallar la voz de un luchador dispuesto a morir por su fe. Así fue que llegó, un día como hoy del año 1974, el momento en que los enemigos de Dios y de la Patria fueron por él, creyendo que bastaría con arrebatarle su vida terrena para acabar también con su memoria. Después de recibir once balazos, cayó sobre el pavimento haciendo la señal de la cruz, antes de entregar su espíritu al Padre.

Reproducimos ahora, a modo de conclusión y homenaje, las palabras que el mismo Genta pronunciara en su último discurso antes de morir:

“Pero termino aquí, y ahora termino de veras, diciendo cuál es la Argentina que yo quiero, cuál es la Nación que yo quiero. Es una Nación como aquella que ya existió, como aquella de 1848, 49, 50, cuando las más poderosas potencias del mundo, Inglaterra y luego Francia, una con Southern, la otra con Lepredour, firmaron con Arana, con Juan Manuel (de Rosas), los tratados más honrosos de la historia argentina. (Aplausos).

Yo quiero una Nación como aquella en la que un día todo el pueblo porteño fue convocado al puerto, y ante ese pueblo de varones y mujeres fuertes, entró en la rada la fragata inglesa Sharpy, arrió el pabellón inglés, enarboló el pabellón argentino y lo saludó con veintiún cañonazos. (Aplausos).

Esa Argentina de señores, que obligaba a un trato de señores a los poderosos de la Tierra. ¡Comparad la riqueza de aquella Argentina tan pobre, con la pobreza de esta Argentina tan rica! (Aplausos).

Y por último, en esa Nación que fue y vuelva a ser, otra vez, una tierra de señores donde haya un trato de honor para todos sus habitantes, quiero ver levantarse la Universidad en torno a la Cátedra Magistral, en torno a la Cátedra del Maestro de Sabiduría Divina y humana, de ciencias y de arte, de experimentación y también de manualidades. Pero ¿a efectos de qué? De asegurar la formación renovada de legítimas superioridades, de modelos, de ejemplos, de personalidades ejemplares, que son las que realmente levantan a un pueblo al más alto nivel de cultura, porque el más alto nivel de cultura lo da la presencia de modelos y de ejemplos.

Los laboratorios son para el cálculo y el experimento, para las ciencias que sirven para el uso de las cosas y el dominio instrumental del Universo, pero no nos sirven para ser hombres, ni para cumplir nuestro destino de hombres en el último fin.

Lo que necesita un pueblo es Teología y Metafísica, sobre todo cuando es un pueblo que procede, que viene de la Civilización de Cristo, de los griegos y de los romanos. Nada más. (Aplausos)" .




“SANGUIS MARTYRUM SEMEN CHRISTIANORUM”
(la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos)

26/10/14

EN TORNO AL ÚLTIMO SÍNODO


La candente polémica suscitada por estos días a raíz del Sínodo de los Obispos y las controversias por él planteadas, apenas han dejado lugar para una reflexión más serena y profunda sobre las temáticas en cuestión, dada la necesidad apremiante de salir al cruce de la catarata de despropósitos (comenzando por la tristemente célebre Relatio post disceptationem, en rigor de verdad) vertidos aquí y allá, cuyo denominador común fue el de atentar todos igualmente contra la doctrina católica tradicional, que integra en un armónico equilibrio los descubrimientos perennes de una sana filosofía con los principios de la divina revelación.

A más de este hilo conductor, no es necesario forzar demasiado los términos en juego para advertir que si existe otra noción clave, cuya interpretación puede determinar la postura que se adopte en cualquiera de los temas planteados, es la del “amor”. En efecto, el motivo de la convocatoria del Sínodo no fue otro que el de reflexionar en torno al matrimonio y la familia, realidades que ni siquiera pueden concebirse sin una referencia al menos implícita a la del amor. De ahí que cuestiones como la del divorcio y la comunión eucarística, el matrimonio civil y el concubinato, las relaciones homosexuales, etc., involucrando simultáneamente complejos y sutiles desarrollos doctrinales, puedan recibir de una correcta comprensión del término “amor” una luz verdaderamente esclarecedora.

Si bien se mira, en efecto, lo que la doctrina católica reprueba en cada uno de los modernos fenómenos que desde hace años la cultura vigente quiere imponer, coincide precisamente con el atentado contra la lógica interna que ordena el amor humano hacia su perfección, a través de la conformidad con su regla que, lejos de coartarlo, lo asegura y defiende de los peligros que amenazan desviarlo de su camino hacia la meta. Ahora bien, esto no sucede sino en la medida en que se rechaza una regla objetiva, fundada en la naturaleza de las cosas, para adherir a la idea de que basta con la mera espontaneidad del impulso en orden a alcanzar el verdadero bien y la felicidad. 

El caso paradigmático quizá sea el de las relaciones homosexuales. Basta para nuestros nuevos ideólogos el hecho de que haya un afecto sincero o una simple atracción, sin más, para validarlas, y ello en nombre de un “amor” vago y confuso, que ni siquiera a la diferencia de sexos mira ahora. Pero el mismo principio es el que rige para las relaciones heterosexuales más variadas, bajo la pretensión que es suficiente que exista un amor que trascienda lo meramente carnal para justificar cualquier transgresión a las promesas matrimoniales, que ya ni siquiera parecen necesarias, por cuanto prolifera por doquier la parodia del concubinato, que escamotea todo lo que huela a compromiso real. Una vez más, el amor reducido a sus expresiones más bajas, usurpando la pasión y el sentimiento el lugar que corresponde al noble señorío de la voluntad, la cual por encima de todo ha de conformarse a la razón iluminada por la fe, sin despreciar aquellos elementos, más dominándolos y corrigiéndolos cuando sea necesario.

La sutil forma en que la pujante teología modernista avala estas realidades se basa en el elemento positivo que este tipo de relaciones contienen, que es el eufemismo utilizado para decir qué es el único sano que aún conservan del modelo desfigurado, a la vez que en su supuesta tensión hacia la plenitud que gradualmente irían realizando, cuando la realidad es que contradicen por su misma estructura el designio de Dios. El triunfo de estos postulados se ha visto por ahora aplazado, gracias a la reacción de un puñado que aún conserva el buen sentido católico, y que por encima de todo amor apela al Amor infinito de Dios, que es la Caridad.

19/10/14

LA VOCACIÓN UNIVERSAL A LA SANTIDAD



Se ha dicho con frecuencia que uno de los grandes méritos del magisterio del Concilio Vaticano II es el de haber puesto de relieve la vocación universal a la santidad, vale decir, de todos los fieles cristianos, en virtud del bautismo. En realidad, se trata de una doctrina que tiene un claro fundamento en la Escritura, y que como tal pertenece al acervo de la tradición católica, que da testimonio de ella en la multitud de vidas santas florecidas en todo tiempo en los ámbitos más diversos de la realidad eclesial: sacerdotes, monjes, vírgenes, laicos. Con todo, es verdad que su explicitación doctrinal es relativamente moderna, y en este sentido correspondió al Concilio desarrollar en algunos de sus textos la riqueza de su contenido.

Esto es lo que encontramos, en efecto, en la constitución Lumen Gentium: “La Iglesia, cuyo misterio expone este sagrado Concilio, creemos que es indefectiblemente santa, ya que Cristo, el Hijo de Dios, a quien con el Padre y el Espíritu llamamos "el solo Santo", amó a la Iglesia como a su esposa, entregándose a sí mismo por ella para santificarla (cf. Ef 5,25-26), la unió a sí mismo como su propio cuerpo y la enriqueció con el don del Espíritu Santo para gloria de Dios. Por eso, todos en la Iglesia, ya pertenezcan a la jerarquía, ya pertenezcan a la grey, son llamados a la santidad, según aquello del Apóstol : "Porque ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación" (1 Tes. 4, 3;  Ef. 1, 4) (…)  Fluye de ahí la clara consecuencia que todos los fieles, de cualquier estado o condición, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, que es una forma de santidad que promueve, aun en la sociedad terrena, un nivel de vida más humano. Para alcanzar esa perfección, los fieles, según las diversas medidas de los dones recibidos de Cristo, siguiendo sus huellas y amoldándose a su imagen, obedeciendo en todo a la voluntad del Padre, deberán esforzarse para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Así la santidad del Pueblo de Dios producirá frutos abundantes, como brillantemente lo demuestra en la historia de la Iglesia la vida de tantos santos” (nn. 39-40).  

Sobran, desde luego, los comentarios a un texto de suyo tan claro y enjundioso, que incluye aun las precisas referencias a los lugares neotestamentarios que avalan sus afirmaciones. En el mismo se destaca el equilibrio entre el reconocimiento de las diferencias específicas de cada estado de vida (tema en el que abunda más adelante el documento citado) y el idéntico llamado a la santidad, sin restricciones, que afecta a cada uno de ellos a su modo. A este respecto, la clave de bóveda para comprender esta identidad está constituida por “la voluntad de Dios”, como dice el Apóstol; “la voluntad del Padre”, como señala después el texto, designándose en todo caso la misma realidad, a saber, que es el mismo Dios quien señala a cada uno su lugar en el Cuerpo Místico y le otorga los medios para alcanzar allí la perfección de la caridad.

Ahora bien, la consecución de la santidad, vale decir, de esta perfección de la caridad, que se identifica a su vez con la plena obediencia a la voluntad del Padre, no es precisamente algo que se halle al término de un camino lineal y sin obstáculos, un resultado automático que se siga de un concertado programa de prácticas de vida cristiana más o menos regulares. Por el contrario, imposible es siquiera concebir la idea de santidad sin una referencia a la conversión; metánoia, en griego, término que refleja su verdadera esencia, cual es la de constituir un "cambio de mente", esto es, una modificación de paradigma, una auténtica revolución interior. 

Las dificultades que ello supone, y que son consecuencia del pecado, nos son de sobra conocidas. Con todo, quizá el ejemplo de un ilustre escritor católico del siglo XX, Gilbert K. Chesterton, pueda ayudarnos a comprender de manera concreta en qué consiste la genuina actitud del cristiano a este respecto...

Se cuenta, en efecto, que fue requerida en su momento la colaboración de nuestro genial autor, quien conocía ya por experiencia la realidad de la conversión (se convirtió al catolicismo en 1922), a fin de componer una obra que diera respuesta a la siguiente pregunta: "¿Qué es lo que anda mal en el mundo?". La respuesta de Chesterton a la invitación, tan extraña a su proverbial fecundidad de discurso cuanto profundamente verdadera, no se hizo esperar: "I am" ("Yo soy").

Quizá a pocos fuera de Chesterton se les hubiera ocurrido una salida semejante, es verdad. Sin embargo, no es menos cierto que en ella se refleja la actitud a la que todo cristiano está llamado, a saber, la de la humilde conversión, único camino para llegar a la santidad.

12/10/14

DÍA DE LA GRAN PATRIA HISPANA


En la generalidad de los países hispanoamericanos, cada 12 de octubre coincide con la conmemoración del acontecimiento fundacional que supuso el tradicionalmente llamado “descubrimiento de América”, acaecido un día como este del año 1492, cuando, después de más de dos meses de travesía, las naves capitaneadas por el almirante genovés Cristóbal Colón (Chistophorus Colombus, es decir, “el que porta a Cristo”) arribaron a tierra firme en la isla de Guanahaní, hoy parte de islas Bahamas, pronto bautizada como San Salvador.

No hace al propósito esencial de este breve artículo terciar en sutiles cuestiones históricas que aún hoy son objeto de debate, mas sí desmentir un buen número de tesis que, con la apariencia de rigor científico, no buscan sino disimular intereses ideológicos que sesgan completamente los resultados de la investigación, a la vez que mancillan la memoria de la ímproba labor de tantos conquistadores y evangelizadores. Y en primer lugar, la que se refiere al objetivo del viaje del descubrimiento, que no fue el de obtener especias con que halagar el paladar de los europeos, ni mucho menos la sola consecución de riquezas materiales. Por el contrario, si bien es cierto que la meta inicial de la expedición era la arribar a las Indias orientales navegando hacia el oeste, su finalidad era asimismo la de obtener las riquezas necesarias para financiar la nueva Cruzada convocada por el papa Nicolás V, con motivo de la caída de Constantinopla en manos de los turcos, el año 1453.

Este último elemento señalado, por lo demás, nos brinda la clave para comprender no solo el auténtico carácter del viaje emprendido, sino también el posterior desarrollo de los acontecimientos. En efecto, se trata de poner de relieve el factor religioso y espiritual, y reconocer la importancia capital con que gravitó sobre el ánimo de los tripulantes, Colón en primer lugar. Es sintomático a este respecto el hecho del bautismo inmediato de las tierras descubiertas, como antes lo señalamos.

El 12 de octubre de 1492 marca el inicio de una nueva época de la historia, ciertamente, y supone el nacimiento de América en su condición de tal, cuya existencia no puede siquiera concebirse sin la gesta llevada a cabo en nuestras tierras por España, ante todo, aunque también Portugal hizo su parte. Es verdad que la misma no estuvo exenta de sombras y fisuras, algunas incluso bastante graves, aunque apenas era de esperarse que ello fuera de otro modo en una empresa humana de semejantes dimensiones.

Ahora bien, no es menos cierto que los abusos aludidos, de ningún modo justificables, nunca respondieron empero a una perversión sistemática de la campaña, sino exclusivamente a la actuación particular de los involucrados en cuestión, que fue a la sazón severamente censurada por las figuras más conspicuas, tanto religiosas como políticas. Prueba de ello es el sostenido esfuerzo que coaligó a reyes y pastores de la Iglesia, reflejado en la legislación de la época, en orden a obtener para los habitantes de estas tierras el tratamiento más justo posible. Es por ello que elegimos como título de nuestro comentario el de “Defensa de la Hispanidad”, reconociendo de ese modo el inestimable valor de la herencia recibida de la Madre Patria y los estrechos vínculos con que permanecemos unidos a ella para siempre.

La conmemoración de esta fecha se celebra en nuestro continente desde principios del siglo XX, habiéndose elegido inicialmente el nombre de “Día de la Raza”; en nuestro país fue el presidente Hipólito Yrigoyen quien lo declaró fiesta nacional en 1917. En nuestros días, sin embargo, se ha manipulado el auténtico significado de la efeméride de marras, y viéndose ello reflejado en el cambio de nombre de la misma, que ha venido a llamarse, en nuestro país por ejemplo, “Día del respeto a la diversidad cultural”, aunque el resentimiento ideológico sea más patente en aberraciones como “Día de la resistencia indígena”, tal como se la ha rebautizado en Nicaragua y Venezuela. En todo caso, la matriz común a estas distintas denominaciones está dada por la influencia del pensamiento marxista en su particular modalidad del indigenismo, coherente en el desprecio por todo lo que huela a tradición hispánica.

Esta circunstancia particular que se vive en la actualidad del continente latinoamericano es la que amerita un reconocimiento especial de nuestra parte, aprovechando la ocasión que nos brinda para ello la celebración litúrgica de Nuestra Señora del Pilar, madre común de España y del pueblo de América. A Ella nos encomendamos.

7/10/14


Queridos compatriotas: 

¡No podemos esperar absolutamente nada bueno de los traidores que nos desgobiernan! 
¡Rindamos nosotros el merecido homenaje a quienes forjaron nuestra identidad, y trabajemos unidos por la Restauración de la Patria en Cristo!

Invitamos a todos uds. a participar en la ciudad de Buenos Aires (Argentina), el viernes 10 de octubre, de la próxima conferencia -gratuita y abierta- de la ANC: 


Presione en la imagen para ir al Evento publicado en Facebook

2/10/14

SANCIÓN DEFINITIVA AL PROYECTO DE REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL


El día de ayer, miércoles 1° de octubre, recibió (en la Cámara de Diputados) la sanción legal definitiva el proyecto de reforma del Código Civil argentino, tan largamente deseada y proyectada por el oficialismo. La media sanción de la Cámara de Senadores se remontaba al 28 de noviembre, pese a que después de la misma se decidió aplazar el tratamiento por parte de Diputados, por falta de consenso.

Dicho proyecto, como se sabe, aunque impulsado por el Poder Ejecutivo, fue elaborado por un grupo de juristas presidido por el Dr. Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, siendo desde que se conoció objeto de apreciaciones muy diversas, incluso al margen de las serias objeciones que merece desde la óptica del derecho natural. En efecto, como había sucedido el año pasado en el Senado, la oposición también manifestó esta vez su disconformidad, retirándose en bloque del recinto (se contaron 122 ausencias). Lo cual no obstó, antes facilitó, el triunfo de la iniciativa del gobierno.

Las controversias planteadas por el proyecto, naturalmente, son muchas, como muchas y profundas son las modificaciones que el mismo supone con relación al Código original redactado por Vélez Sarsfield, aún con las reformas a que este ha sido sometido a lo largo de su casi siglo y medio de vigencia. Sin embargo, más allá de las alusiones a temas como el derecho al agua y a la tierra, se desprende con claridad del conjunto de afirmaciones de los involucrados en la labor legislativa la conclusión de que el centro de las preocupaciones (y valoraciones) está constituido por las cuestiones relativas al matrimonio y a la familia. Paradójicamente, la falta de acuerdo que se advierte en aspectos meramente accidentales, se resuelve en una nefasta y casi unánime aprobación a la hora de apreciar medidas como la inclusión en el articulado de lo resuelto por las inicuas leyes 26.618, 26.743, y 26.862 (de matrimonio igualitario, identidad de género, y fertilización asistida, respectivamente); de la celeridad que se pretende dar al trámite de divorcio, implementando la nueva modalidad de “divorcio express”; y, finalmente, de la posición deliberadamente ambigua que ha adoptado el texto proyectado al referirse al inicio de la existencia humana y al estatus legal del embrión. En todo caso, salvo algún ejemplo aislado de lucidez en relación a este último punto, como es el de la senadora puntana Liliana Negre de Alonso, las posturas de los distintos legisladores no hacen sino dar cuenta en su conjunto, con distintos matices cada una, de la lamentable corrupción intelectual y moral a que han hecho arribar décadas de democratismo liberal y relativista.

En relación a las tres leyes referidas, como se dijo, la reforma estipulada no hará sino incorporar dicha legislación, a saber: introduciendo tanto la posibilidad de celebrar matrimonio civil entre personas del mismo sexo y la de optar por la propia identidad de género aún en contra del sexo biológico, como el recurso a las técnicas de fertilización asistida, cuyo denominador común es el de disociar la procreación del acto conyugal, instaurando “un dominio de la técnica sobre el origen y sobre el destino de la persona humana” (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Inst. Donum Vitae). A este respecto, no hay que oponer el principio intangible del auténtico iusnaturalismo: no hay legislación positiva que pueda afirmarse válidamente en contra de los dictados de la ley natural. Sucesivamente, en efecto, las leyes de marras han constituido sendos atentados contra la naturaleza humana, consagrando en el ordenamiento jurídico vigente conductas gravemente inmorales, que comprometen todas ellas la auténtica dignidad del ser humano y contrarían la ley de Dios. Es falsa, en este sentido, la tesis según la cual el derecho se debe limitar a reconocer y dar cauce legal a cualquier tipo de conducta con tal de que ella se haya impuesta a nivel social; por el contrario, su función es la de guiar y orientar la conducta conforme a lo que es justo.

Específico es, en cambio, el planteo del nuevo proyecto en torno al comienzo de la existencia humana. En efecto, el art. 19, junto al reconocimiento del mismo en el momento de la concepción, se hace eco de la postura actualmente en boga, según la cual aquel se daría recién en la implantación. De esta manera, se ve seriamente cuestionada la humanidad del embrión, y se allana uno de los tantos obstáculos que se opone a la utilización de las técnicas de FIV. La ambigüedad del artículo aún subsiste, a pesar de las enmiendas realizadas, interpretadas por la izquierda como concesiones a la postura oficial de la Iglesia.

Otra de las tantas consecuencias de la aceptación de las técnicas de fertilización asistida y la disociación que la misma establece entre paternidad y relación conyugal, presente también en la reforma del Código, ha sido la creación e introducción del concepto de “voluntad procreacional” en oposición al de “paternidad biológica” (cfr. art. 561), sobre el cual prevalece en el caso de fecundación heteróloga. Por lo demás, con el reconocimiento civil de las uniones homosexuales, esta innovación abre las puertas a la adopción irrestricta por parte de parejas del mismo sexo.

Siempre en torno a las temáticas aludidas de matrimonio y familia, el Proyecto contempla, finalmente, la consagración del divorcio “exprés”, por cuanto el mismo se podrá tramitar en un breve lapso, sin expresión de causa, por la voluntad unilateral de uno de los cónyuges (art. 437). Por otra parte, se declara nula la claúsula que pretenda reconocer el carácter indisoluble de la unión matrimonial (art. 436), a la vez que se elimina la posibilidad de separación sin disolución del vínculo conyugal, y el deber de fidelidad. Junto a este matrimonio devaluado aparece, además, la denominada “unión convivencial” (arts. 509ss), forma elegante de dar status jurídico al conocido concubinato, que viene a ocupar así su lugar en el extenso elenco de las variadas formas, igualmente válidas todas ellas, de conformar un hogar y una familia.

Sólo Dios sabe definitivamente cuál es el destino de esta nueva arremetida contra la genuina tradición nacional, que se remonta originariamente, a decir verdad, a tiempos anteriores a la redacción del Código de Vélez, si bien en el mismo se conservan con respeto numerosos elementos que pertenecen desde el comienzo al verdadero espíritu patrio. Todo parece indicar, no obstante ello, que a no mediar una intervención especial de la divina Providencia, el nuevo Código comenzará a regir a partir del 2016, tal como está previsto. Será cuestión, entonces, de proseguir la resistencia, bajo el amparo de Nuestra Señora de Luján, contra los embates de una revolución que parece haberse cebado ya desde antaño contra la Argentina, y cuya finalidad no parece ser sino la entera disolución moral y espiritual de nuestro pueblo.

CFK, SOROS Y EL LOBBY PARA DESPENALIZAR LAS DROGAS


La imagen pertenece a la reciente reunión de la ilegítima jefa de Estado argentina con el supermagnate judío George Soros, promotor del “gobierno mundial” y de la liberalización de las drogas. 
Poco después, miembros del desgobierno argentino comenzaron a hacer declaraciones públicas a favor de las drogas.
Así es como van urdiendo cada paso que dan hacia la destrucción de la Patria....
¿Y vos pensás seguir “en tus cosas”, observando -inmóvil- cómo avanzan en sus designios?