30/9/12

PROCER

Se nos fue un amigo, un camarada, un hermano.
Combatió con igual celo a la subversión marxista apátrida en el continente, y al usurpador pirata inglés en nuestras Islas Malvinas. 
Obviamente, debido a ello, el Comandante de la “Operación Virgen del Rosario” era un preso político de la actual tiranía.
Carlos Alberto César Büsser, el querido “Conejo”, hoy está junto al Altísimo. 
Quienes hoy lo despedimos, todavía tenemos una dura lucha por delante. ¡Sigamos el ejemplo de dignidad, lealtad y patriotismo que nos dejó!
Oremos por su alma, por su familia y demás seres queridos.
Contralmirante Carlos Büsser, ¡PRESENTE!
¡DIOS Y PATRIA, O MUERTE!

29/9/12

El ser de la patria



En las páginas de una obra suya escrita en 1940, a la que tituló esperanzadamente Hacia la Cristiandad, el Padre Julio Meinvielle explica con propiedad teológica cuál es el origen histórico del Occidente Cristiano.
Tres apóstoles, nos dice, Pedro, Juan y Santiago, fueron especialmente distinguidos por el Señor. A ellos llamó con nombres significativos y ubicó en sitiales particulares. A ellos quiso revelar su gloria en el Tabor y confiar su agonía en Getsemaní. Y en ellos, que están representadas y encarnadas las tres virtudes teologales, se encuentra la raíz y el núcleo de la Christianitas.
Decir Pedro es decir Roma y nombrar la Fe. Santiago es la Esperanza y es España, fuerte e indoblegable, precisamente por su sentido heroico de la esperanza. Y Juan es la Caridad, y la caridad abrazó a Francia con la misión de San Potino que envió San Policarpo mártir, discípulo de Juan. Por eso Pedro, Santiago y Juan; Fe, Esperanza y Caridad; Roma, España y Francia, son profundas y olvidadas trilogías que explican el origen y la cumbre de nuestros orígenes, y que se hallan substancialmente ínsitas en nuestra identidad nacional.
Quiere significar lo antedicho, entonces, que estas tierras americanas nuestras, en cuyo vértice austral está enclavada la Argentina, nació –gracias a España- como una rama viva de la Cristiandad. Pero la Cristiandad –sigue enseñando Meinvielle- es Cristo adorado y servido públicamente, es el ordenamiento de la vida temporal bajo la principalía del Señor, es vivir de acuerdo al Evangelio y conformar a las sabias e imprescriptibles enseñanzas de la Cátedra de la Unidad, toda la vida de los estados nacionales. Va de suyo que si la patria quiere ser fiel a sus días fundacionales, no puede sino bregar por la Cristiandad, abriendo sin temores y de par en par las puertas al Redentor, como diría Juan Pablo II.
En consecuencia, el ser más íntimo y más hondo de la patria no hay que buscarlo en brumosas ideologías, ni en desencaminados indigenismos, ni en jacobinas revoluciones, sino en la Civilización Cristiana, o por más augusto nombre, en la Ciudad Católica. Y si recordamos –como insiste el Padre Meinvielle- que nuestra Madre España, la que nos daría este ser, fue “conquistada a Jesucristo por Santiago”, justo es recordar asimismo que Santo Tomás ha llamado a aquel apóstol procipuus debellator adversariorum Dei, esto es, principal luchador contra los enemigos de Dios. ¿Puede alguien no entender este claro mensaje de los orígenes patrios? ¿Puede alguien moralmente sano desentenderse de este legado que nos viene de los días del principio?
Lo que Meinvielle viene a predicarnos en suma, es que nacimos católicos, apostólicos y romanos, con vocación imperial –como la que tuvo Hispania; esto es, evangelizadora de pueblos- y con misión de luchadores intrépidos, como el Jacobeo a quien Jesús llamó Boanerges, hijo del trueno, y llama, lumbre y vértigo en el impetu misionero.

El estar de la patria
Pero el Padre Julio no se engañaba, ni enmascaraba o diluía la dura realidad de la patria enferma que le tocó presenciar. Sufría por ella, como ante una madre que se desangra y agoniza. “La patria fue su herida”, díjole el Padre Sato. Y acertaba.
En una de sus tantas conferencias políticas pronunciada en los albores de la década del sesenta –movida por el fragor de las circunstancias, es cierto, pero iluminada con la filosofía perenne- Meinvielle llamó Guerra Revolucionaria al mal mayor que aquejaba a la nación. Y la denominación es pertinente y adecuada, porque esa guerra, según nos lo explica, empieza por negar “los derechos públicos de la Verdad, y los de la tradición auténtica de la Europa Cristiana”. Se trata entonces de una cuestión primeramente religiosa, de esas que Donoso Cortés invitaba a encontrar detrás de toda aparente cuestión política.
La maldita revolución así definida, tenía en cautiverio a la Argentina. Y el Padre Meinvielle no hacía acepción de personas al señalarla y combatirla. Bajo la llamada década infame o bajo el frondizismo, con el peronismo y sin él, con los militares populistas o con los liberales, con los azules o los colorados. Cambiaban los hombres y las denominaciones eventuales, pero el motor de esa Revolución Mundial seguía siendo localizable en la judeomasonería, y el motor de esta fuerza seguía siendo el odio a Jesucristo. Hacer lo contrario de la Revolución era, pues, la salida y el camino, si de rescatar a la patria se trataba. No una revolución contraria, diría de Maistre, sino lo contrario de la Revolución.
Escuchemos directamente sus palabras. “Los cimientos más profundos de nuestra nación son cristianos, y los males que nos aquejan son desviaciones anticristinas [...] La primera virtud que nos hace falta en esta coyuntura es la fortaleza. Tener la voluntad de querer salir del estado de postración en que nos encontramos. Esa voluntad ha de estar arraigada[...] al menos en un grupo de argentinos dispuestos a la muerte por el bien de la patria [...] Un nacionalismo, hoy, sólo puede ser salvador de la patria si tiene capacidad y empuje para remontar la pendiente por donde viene deslizándose al abismo la humanidad. Y sólo los valores cristianos vividos auténticamente, contienen esa fuerza [...] La Patria no se puede salvar sino con un acto de heroismo que tenga capacidad para remontar la pendiente por donde nos deslizamos” (cfr. su El Comunismo en la Argentina,Buenos Aires, Dictio, 1974, p.490,488,,485).
De la Cristiandad a Versailles
Bien aprendido tenía el Padre Julio, aquel mensaje evangélico, según el cual, quien es fiel en lo poco será en lo mucho fiel. Por eso, sus indicaciones sobre el ser y el estar de la patria, y principalmente sus enseñanzas sobre el rescate necesario y urgente de la misma, no se quedaban en el terreno siempre lícito de las especulaciones o de las grandes y necesarias convocatorias políticas. Se volcaban a la acción, se traducían en obras, se expresaban en bienes tangibles. Y a cada paso de su vida sacerdotal parece decirnos con gestos concretos, que no se puede amar a la patria sino se empieza amando la cuadra en la que se vive, el barrio en el que se habita, la parroquia que se frecuenta, la vecindad de carne y hueso con la que convivimos a diario.
Así lo hizo, por ejemplo, desde Nuestra Señora de la Salud, campo propicio que Dios le pusiera en su camino, para probar con creces esta fidelidad católica y argentina, esta posibilidad cierta de edificar la cristiandad en el pago chico, este irrenunciable afán de ser patriota de la tierra y patriota del cielo. “Para Meinvielle” –dice Fabián González Arbas- “las fechas y los símbolos patrios tenían un alto significado cívico y no pasaron nunca inadvertidos. A decir verdad, buena parte de la formación que [la parroquia Nuestra Señora de] La Salud brindaba a través del método scout estaba dirigida a resaltar los valores nacionales y el amor a la patria” (Cfr. Los scouts de Meinvielle,Buenos Aires, Profika, 2001, p. 139). Y a continuación, el autorizado y fiel testigo que esto relata, describe el festejo del 25 de mayo de 1944, con misa de campaña, toque de tambores y clarines, bandera desplegada e izada hasta el tope, y un concurso varonil del que “resultaba ganador el que armaba primero el mástil e izaba el pabellón nacional” (ibidem, p. 140). Olvidada pedagogía del patriotismo cristiano. Traicionada pastoral vertebrada en la pietas, sin la cual no hay justicia alguna.¡Qué nostalgia al traerla nuevamente a la memoria, cuando arrecian tiempos crepusculares!
En este año del centenario del natalicio del Padre Meinvielle, en este mes de julio que contiene la festividad de la Independencia, y en esta hora de tinieblas, de una espesura como pocas veces se han enseñoreado sobre la Argentina, nos place evocar así al maestro. Entre tambores y clarines. Como párroco de la Cristiandad, atendiendo a Occidente desde el humilde Versailles. Como defensor de nuestra unidad de destino en lo Universal. La cruz en una mano, y bien al tope el pabellón azul y blanco.

LA MANZANA PODRIDA

LA DEGRADACIÓN DE LA CULTURA Y LOS VALORES EN NUESTRO TIEMPO
La degradación de la cultura y los valores en nuestro tiempo, en la búsqueda de un Pensamiento Único y un Nuevo Orden Mundial forma parte de una inteligente estrategia diseñada por Antonio Gramsci (1891-1937).

1.-¿QUIEN FUE ANTONIO GRAMSCI?
Fue un pensador y político italiano, uno de los fundadores del Partido Comunista italiano.
Nació en Cerdeña el año 1891 de familia muy humilde. Estudiante universitario en Turín de 1911 a 1914. Abandonó por problemas de salud. En 1919, junto con Palmiro Togliatti , fundó el diario ORDINE NUOVO,
que luego fue órgano del partido comunista italiano fundado por él en 1921.
1921-1924 : trabajó en Moscú y Viena para la II Internacional Socialista
1925: Regresado a Roma enfrenta a la dictadura de Benito Mussolini. Fue arrestado en 1926 y encarcelado en 1928.
1928-1937: Desde la cárcel difundió sus ideas revolucionarias a través de cuadernos manuscritos que solo después de su muerte se dieron a conocer con el nombre de Cuadernos de la Prisión (1948 y 1951)
El 27 de abril de 1937 murió en el hospital de la cárcel en Roma.

2.-LA ESTRATEGIA GRAMSCIANA
Gramsci sostenía que ninguna ideología podía imponerse por la fuerza. Toda revolución violenta genera, como inmediata respuesta, una contrarrevolución que debilita y hasta puede superar la fuerza de la primera. Todo cambio exige una mentalización previa que abone la tierra donde el cambio debe florecer. El ideario marxista no escapaba a esa regla.

Por ello diseñó su estrategia del siguiente modo:
Para imponer un cambio ideológico era necesario comenzar por lograr la modificación del modo de pensar de la sociedad civil (“pueblo o habitantes de un determinado país) a través de pequeños cambios realizados en el tiempo en el campo de la cultura. Había que construir un NUEVO PENSAMIENTO. Crear lo que él llamaba el SENTIDO COMÚN de la gente, entendido como el modo común de pensar de la gente que históricamente prevalece entre los miembros de la sociedad. Había que lograr que la sociedad civil alcanzara un nuevo modo de “ver la vida y sus valores”. Para Gramsci, esto era más importante, y prioritario, que alcanzar el dominio de la sociedad política. (conjunto de organismos que ejercen el poder desde los campos jurídico, político y militar).

Para lograr que la sociedad civil (el pueblo soberano, la opinión pública) llegara a tener un modo común de sentir y pensar (sentido común), era necesario ADUEÑARSE de los ORGANISMOS E INSTITUCIONES en donde se desarrollan los valores y parámetros culturales: MEDIOS DE COMUNICACIÓN, UNIVERSIDAD, ESCUELA Y LAS ARTES. Hacia allí había que apuntar. Con paciencia, con el paso del tiempo, educando a las nuevas generaciones desde su niñez. (Ej: La CHINA de Mao; la CUBA de Fidel Castro).

Después de cumplido este proceso a lo largo de los años, la consecución del PODER POLÍTICO caería por su propio peso, sin revoluciones armadas, sin resistencias ni contrarrevoluciones, sin necesidad de imponer el NUEVO ORDEN por la fuerza, ya que el mismo tendría consenso general.

3.- OBSTÁCULOS A SUPERAR PARA EL ÉXITO DEL PROCESO GRAMSCIANO.
El mismo Gramsci señaló que, para que el proceso fuera exitoso, habría que sortear 2 obstáculos:


LA IGLESIA CATÓLICA Y LA FAMILIA.

3.1. ¿POR QUÉ LA IGLESIA CATÓLICA?

Porque Gramsci pensaba que la razón de la permanencia de la Iglesia a través de los siglos se apoyaba en los tres puntales siguientes:
a) La profesión de una fe firme e inquebrantable, sin concesiones, y la constante repetición de los mismos contenidos doctrinales. De este modo pudo lograr un fuerte sentido común (modo de pensar) en el pueblo a través de los siglos.
b) Haber logrado amalgamar en su seno tanto al pueblo analfabeto, a la clase media y a la elite intelectual propia. En efecto, ninguna filosofía inmanentista, incluyendo el marxismo, había acertado a unir en un mismo sentido común o creencia, a los intelectuales y al pueblo, a los doctrinarios y los practicantes, a los expertos y los neófitos (o “iniciados”). Gramsci ,en eso, envidiaba a la Iglesia.
c) Por último, mientras el marxismo exigía al hombre luchar para el logro de una sociedad sin clases en el aquí y ahora, porque con la muerte terminaba todo, la Iglesia había logrado convencer al hombre hacia la trascendencia, al más allá, y con ello no solamente había dado un respuesta al sentido de la vida sino también al sentido de la muerte.

3.2. ¿POR QUÉ LA FAMILIA?

Está claro que si la estrategia consistía en la formación de un modo de pensar a través de la educación en los nuevos valores revolucionarios, la familia, primera educadora del hombre desde su nacimiento y durantes los primeros y cruciales 5 años de vida, era un estorbo intolerable.

4.- ESTRATEGIA PARA SUPERAR ESTOS OBSTÁCULOS SEGÚN GRAMSCI.
4.1. DESPRESTIGIAR A LA IGLESIA, en lo posible con la descalificación de su doctrina (“la religión es el opio de los pueblos”) y de sus miembros jerárquicos (clero y vida consagrada).

4.2.DESTRUIR A LA FAMILIA, presentándola como una institución del pasado, ya superada, incapaz de educar. Retirando a los niños desde su más temprana edad de la influencia de sus padres, mediante la educación masiva en la “nueva cultura”. (Experiencia de las granjas colectivas o educación a distancia.). O interviniendo en la educación de los aspectos fundamentales de su vida, desde la escuela y sin la participación de los padres. Procurando que, por ausencias de los padres ante compromisos laborales ineludibles, los niños queden bajo la influencia de la educación de los contravalores a través de la televisión.


5. ALGUNAS CONSECUENCIAS SOCIOCULTURALES DE LA VIGENCIA FÁCTICA DEL GRAMSCISMO.
No podemos dejar de reconocer “que muchos de los afanes y previsiones de este político y filósofo sardo, se han ido materializando en forma tal, que hoy son elementos que forman parte ya de la atmósfera común que respiramos. Hay una inocultable hegemonía secularista que satura la mentalidad de grandes segmentos de la sociedad actual -más allá de matices y variantes por países, regiones y ciudades- y va posibilitando, de día en día, que lo que antes era visto como inaceptable, negativo o incluso aberrante, se mire como "normal", positivo y hasta encomiable, en más de una ocasión.Veamos algunos ejemplos fácilmente constatables: Gramsci postulaba que de la única realidad que se puede (y se debe) hablar, es la de "aquí abajo" (cierre inmanentista total), que los escritores y los pensadores secularistas debían hegemonizar los medios masivos de comunicación (basta encender el televisor, escuchar ciertos programas de radio o asomarse a cualquier kiosco), que había que acabar con el prestigio de autores, instituciones, medios de comunicación o editoriales fieles a los valores de la tradición y por ende, opuestos a los designios de secularistas, laicistas y "modernizantes".Incluso previó Gramsci la defección de numerosos "católicos" que, deslumbrados por la utopía secularista, habrían de aceptar las diversas formas de "compromiso histórico". El agudo intelectual italiano sabía bien que, se obtenían mayores ganancias por estas vías graduales, de lenta pero sostenida transformación de la mentalidad que por la vía de una persecución abierta. Toda una hábil guerra de posición estratégicamente concebida y ejecutada. Y muy mal entendida y enfrentada por quienes estarían obligados a hacerlo.Parecería que vivimos en un mundo diseñado por (y a la medida de) Gramsci: se han invertido las valoraciones morales y políticas, se busca desjerarquizar todo lo valioso, se exalta todo lo que sea o implique "horizontalismo", se "deconstruye" el sano pensamiento filosófico y teológico, de forma tal que queda "pulverizado" en una multitud de nuevas ideologías y "filosofías" cuyo sólo empeño es "desmitificar", "secularizar", "desacralizar".Seguramente se complacería -y mucho- Antonio Gramsci al ver en pleno proceso de realización (actualización, diría Gentile) algo que alguna vez "profetizó": el fin de la religión tendría que ocurrir por "suicidio", al diluirse los límites de la Cristiandad con respecto al mundo moderno. Mientras unos sueñan con que lo que está acaeciendo es una "cristianización del mundo", lo que en realidad se está dando es justamente lo contrario: segmentos considerables de "cristianos" se mundanizan, adoptando los parámetros y criterios propios de una mentalidad totalmente inserta en una cosmovisión intramundana y secularista. Aunque no siempre se niega explícitamente, viven como si el mundo trascendente no existiera, como si todo empezara y terminara "aquí abajo".El programa era (y es) bien claro: "lograr el desprestigio de la clase hegemónica, de la Iglesia, del ejército, de los intelectuales, de los profesores, etc. Habrá incluso que… enarbolar las banderas de las libertades burguesas, de la democracia, como brechas para penetrar en la sociedad civil. Habrá que presentarse maquiavélicamente como defensor de esas libertades democráticas, pero sabiendo muy bien que se las considera tan solo como un instrumento para la marxistización general del sentido común del pueblo" [8].Otro lamentable hecho fácilmente constatable en diversos ambientes culturales de Occidente, sobre todo del latino y latinoamericano, es lo que se ha dado en llamar la "traición de los intelectuales". Esto se ha ido logrando por diferentes vías, ya sea mediante favores, concesión de prebendas, canonjías y halagos de todo tipo, o bien, mediante la táctica opuesta, que es la seguida con los intelectuales y profesores que no se doblegan ante estas formas de cooptación; para ellos están la presión, el chantaje, la amenaza y el boicot cuando no de plano, el desprestigio, la calumnia y la difamación.Y es que en la estrategia gramscista el quebrantar de un modo u otro al intelectual opositor es fundamental: oigamos de nuevo al Padre Sáenz: "Gramsci considera que se ha ganado una gran batalla cuando se logra la defección de un intelectual, cuando se conquista a un teólogo traidor, un militar traidor, un profesor traidor, traidor a su cosmovisión . . . No será necesario que estos "convertidos" se declaren marxistas; lo importante es que ya no son enemigos, son potables" para la nueva cosmovisión. De ahí la importancia de ganarse a los intelectuales tradicionales, a los que, aparentemente colocados por encima de la política, influyen decisivamente en la propagación de las ideas, ya que cada intelectual (profesor, periodista o sacerdote) arrastra tras de sí a un número considerable de prosélitos" [9].El que en la mentalidad predominante de nuestros días prevalezca a nivel popular el "da igual cualquier religión", "todo es según como tú lo veas", "haz lo que quieras con tal de que seas auténtico", "ahora ya todo está permitido", y a nivel filosófico el "no hay naturaleza (humana) sino historia", "yo me doy mi propia esencia", "no hay ser, sino tan sólo devenir, o incluso, devenires", "no hay verdad, todo se reduce a multiplicidad(es)", "no hay escritor, sólo texto", "no hay sujeto, sino estructuras epistémicas", y otras sandeces y disparates por el estilo (el catálogo es inagotable), quiere decir que un gramscismo camuflado, en invisible alianza (deliberada o no) con el movimiento New Age y otras inefables adherencias, se sigue imponiendo en toda la línea, más allá de las cada vez más escasas menciones públicas de este autor, tanto por parte de quienes lo apoyan como por parte de sus detractores. “Como hemos visto, el gramscismo representa el más agresivo, cáustico y disolvente ataque contra toda forma de religión trascendente, y en particular contra el catolicismo. Mucha de la descristianización actual obedece en buena parte a la acción destructiva y semioculta de los "intelectuales orgánicos" a la Gramsci, estratégicamente situados, cuya acción toda se encuentra encaminada a la "mutación del sentido común" teísta y cristiano a fin de que devenga su opuesto.Ello implica su proyecto de "descomposición interna del catolicismo", de "hacer saltar la Iglesia desde dentro" y de liquidar totalmente el "antiguo concepto del mundo" insito en la cultura cristiano-católica.Finalmente, hay que señalar que pocas cosas contribuyen tanto al avance del secularismo como la defección de teólogos, profesores, pensadores, periodistas o escritores. Por lo cual habrá que pensar en congruencia con los principios que se dice profesar pero, no menos importante, también habrá que llevar una vida coherente que no desvincule e incomunique las distintas dimensiones de la vida humana. 

SI A LA VIDA DESDE LA CONCEPCION


REUNIFICACION

El gobernante de turno de nuestra amada provincia oriental separada, "Pepe" Mujica, reconoció que el Uruguay es "esquizofrénico" porque "le chupa la sangre a los argentinos y después los escupe".
"Una vez vino la selección argentina al Urug
uay para clasificarnos (al Mundial y el cotejo terminó empatado). Y no fue un arreglo por plata, fue un tácito arreglo entre los jugadores, fue un gesto de simpatía, de tal manera que el Uruguay se pudiera clasificar."
"Después juega la selección argentina y nosotros (los uruguayos) somos hinchas de Alemania…"

Compatriotas de ambas orillas del “charco”: Dejemos atrás las diferencias sin sentido. ¡¡¡Oremos y trabajemos por un movimiento de REUNIFICACIÓN NACIONAL!!!

24/9/12

DEFENSA DE LA CATEDRAL DE LA PLATA




Lo ocurrido el domingo 23 de septiembre de 2012 en la ciudad de La Plata (Argentina) permanecerá por siempre en la memoria de quienes fuimos parte de la defensa de la Catedral platense.
Los defensores, soldados de Cristo y de su Iglesia, en
tendimos desde el primer momento que debíamos acudir por deber, pero agradeciendo al Cielo el inmenso don de poder estar cumpliendo esa hermosa tarea.
Estamos al servicio de lo más puro y santo sobre la Tierra -Nuestro Señor Sacramentado-, de la dignidad de la Santa Iglesia, de la vida humana, de la Realeza de Nuestro Señor Jesucristo... ¿Acaso existe otra posibilidad para un católico?
No nos amilanan otros seres humanos –sea que vengan de a cientos, o de a millones-, ni tampoco los demonios, tan cercanos a nuestros enemigos. No nos amedrentan los artefactos o artificios humanos de destrucción y muerte, de cualquier especie. El dolor físico es nada para quien espera la eternidad del alma.
¿Qué podrá significar entonces para nosotros una turba tan arrogante como infeliz, tan ciega, tan insolente, blasfema e indigna de la especie humana, como la que intentó en vano atacar la Catedral platense el pasado Día del Señor?
Ojalá esos pobres desequilibrados entiendan que antes de poner uno de sus sucios pies en la Casa de Dios, deberán antes pisar nuestros cadáveres.
Al mismo tiempo que ofrecemos resistencia a las huestes del demonio, rezamos por los tibios que se dicen católicos, pero que disfrutan observando –inmóviles- cómo la Santa Fe que dicen llevar en sus corazones es atacada de mil maneras. Quiera Dios que despierten, antes de que sean llamados por el Altísimo a rendir cuentas de cada uno de sus días en la Tierra.
¡Que Nuestro Sol Eucarístico brille en los corazones de todos los Hijos de Dios, y guíe sus pasos en la noche de la historia!
¡Viva Cristo Rey!

Para ver la nota de ACIPRENSA sobre lo sucedido en La Plata PRESIONE AQUI

22/9/12

CRISTEROS


Yo juro solemnemente por Cristo crucificado, por la Santí
sima Virgen de Guadalupe, Reina de México, y por la salvación de mi alma, la cual entiendo bien que comprometo si falto mi juramento:

PRIMERO: Guardar el más absoluto secreto sobre todo aquello que pueda comprometer en lo más mínimo la causa que defiendo.

SEGUNDO: Defender con las armas en la mano la completa libertad religiosa en México. Es válido mi juramento hasta que no se consiga enteramente esa misma libertad religiosa que deseamos.

Si cumplo, que Dios me premie, si no cumplo que Dios y mis hermanos me castiguen.

Jesús Misericordioso: Mis pecados son más que las gotas de tu Preciosa Sangre que derramaste por mí. No merezco pertenecer al Ejército que defiende los derechos de tu Iglesia y que lucha por Tí. ¡Quisiera nunca haber pecado para que mi vida fuera un ofrenda agradable a tus ojos! Lávame de mis iniquidades y límpiame de mis pecados. ¡Por tu Santa Cruz, por tu Muerte, por mi Santísima Madre de Guadalupe, perdóname! No he sabido hacer penitencia de mis pecados; por eso quiero recibir la muerte como un castigo merecido de ellos. no quiero pelear ni vivir sino por tu Iglesia y por Tí.

Madre Santísima de Guadalupe: Acompaña en su agonía a éste pobre pecador. Concédeme que mi último grito en la tierra y mi primer cántico en el Cielo sea ¡VIVA CRISTO REY!“


20/9/12

ARGENTINA FUE, ES Y SERÁ CATÓLICA!!!!

La Acción Nacional Católica da testimonio de la verdad en medio del aquelarre organizado por MACRI y RAVI SHANKAR


¡NO A LOS FALSOS PROFETAS! ¡ARGENTINA FUE, ES Y SERÁ CATÓLICA! 
Recordemos: según el Apocalipsis los que triunfarán con el Cordero reunirán tres condiciones: Llamados, elegidos y fieles. (Apoc. 17, 14).

11/9/12

¿quien dijo que la iglesia no se puede meter en politica?


En la actualidad, observamos la pretensión por parte de ciertos gobiernos, ideólogos secularistas y grupos de presión, de desacreditar cualquier intento de la Iglesia Católica y otras confesiones cristianas por incidir en la vida pública. Para justificar su postura, estos gobiernos, ideólogos, grupos y hasta algunos católicos, enarbolan el argumento de que “la Iglesia no debe meterse en política” o de que hay que respetar “la separación entre la Iglesia y el Estado”. En el fondo, la pretensión de estas personas es avanzar un concepto totalmente secularista del Estado y la sociedad, para reducir al silencio a la Iglesia y a los cristianos en cuanto a la esfera pública. Según su concepto individualista y privatista de la religión, quieren una Iglesia “domesticada”, confinando su libertad religiosa al culto dentro de los templos y de las casas.
Por otra parte, la pretensión de taparles la boca a los cristianos en la plaza pública precisamente por el hecho de ser cristianos, no solamente va en contra de la democracia y de la religión, sino de la naturaleza misma de la persona humana. Es un hecho incontrovertible que el ser humano, además de ser un individuo, es, en su misma esencia, un ser social. Pretender limitar su dimensión religiosa a la esfera privada es una burda falacia y constituye un daño enorme al diálogo intra-social, tan necesario para el sustento y el progreso de una sana democracia, donde todos, creyentes y no creyentes, tienen el deber y el derecho de ofrecer su aporte al bien común.
Implícita o explícitamente, los secularistas y hasta algunos católicos, para justificar sus pretensiones, se refieren al pasaje de Mateo 22:21, en el cual Cristo enseña: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Para los que desde fuera de la Iglesia quieren imponerle su agenda laicista a los católicos y demás cristianos, este pasaje, según su interpretación sesgada, constituye la “justificación” bíblica perfecta de una separación total entre la Iglesia y el Estado. En realidad, lo que quieren los que así piensan es que el Estado y ellos mismos hagan lo que les dé la gana, sin que la Iglesia y sus miembros puedan decir ni hacer nada. Para algunos católicos, la interpretación de este pasaje no llega tan lejos, pero sí lo suficiente como para justificar el votar por quién les dé la gana, aún por candidatos proaborto, sin tomar en cuenta lo que la Iglesia enseña al respecto.
Esta interpretación de Mateo 22:21 es completamente errónea y se estrella estrepitosamente contra lo que la Iglesia Católica misma enseña sobre este pasaje. Veamos qué nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre esta afirmación de Cristo. “El rechazo de la obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de la recta conciencia, tiene su justificación en la distinción entre el servicio de Dios y el servicio de la comunidad política. ‘Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios’” (Catecismo, nro. 2242). Observemos que la interpretación que le da la Iglesia a este emblemático pasaje – la única vez que es citado en todo el texto doctrinal – ocurre en el contexto de los límites de la autoridad civil. En otras palabras, la doctrina de Cristo va más bien encaminada a proteger el derecho y el deber que tienen los creyentes hacia Dios ante las pretensiones del Estado, y no a confinar a dichos creyentes a ciertas actividades religiosas realizadas en privado.
Además, la Iglesia Católica, como institución fundada por Cristo (Mateo 16:13-19), tiene también el deber y el derecho de instruir a sus fieles respecto de sus deberes y obligaciones políticas, sin ello constituir de ninguna manera una intromisión indebida en la legítima aunque relativa autonomía del Estado. Ese deber y derecho de la Iglesia se funda en el hecho de que “La Iglesia, ‘columna y fundamento de la verdad’ (1 Timoteo 3:15), recibió de los apóstoles este solemne mandato de Cristo de anunciar la verdad que nos salva (Mateo 28:16-20). Compete siempre y en todo lugar a la Iglesia proclamar los principios morales, incluso los referentes al orden social, así como dar su juicio sobre cualesquiera asuntos humanos, en la medida en que lo exijan los derechos fundamentales de la persona humana o la salvación de las almas” (Catecismo, nro. 2032).
Aunque la Iglesia Católica no tiene una competencia específica en los asuntos humanos, sí la tiene respecto de la dimensión moral que está presente en cada uno de ellos, por cuanto los valores humanos,  los principios que los protegen y el destino eterno de las personas están en juego en toda esfera importante de la existencia humana (Catecismo, nro. 2420). Y aquí no es válido decir que la Iglesia pretende imponer una “moral sectaria” al resto de la población, como lo sería el exigir que la ley civil obligue a los que no son católicos a ir a Misa los domingos o días de precepto. Aquí se trata de pedir la observancia de la ley natural, que es la moral universal que obliga a todos los seres humanos en conciencia y que es la base de los derechos humanos fundamentales y de su debido respeto (Catecismo, nro. 1596), sobre todo cuando se trata de los seres humanos más débiles, indefensos e inocentes – por ejemplo, los niños y las niñas por nacer.
Sin la observancia a los preceptos de la ley natural tampoco se puede tener acceso a la salvación. “La autoridad del Magisterio (el Papa y los obispos que están en comunión con él) se extiende también a los preceptos específicos de la ley natural, porque su observancia, exigida por el Creador, es necesaria para la salvación” (Catecismo, nro. 2036 y nro. 85).
Por todo ello, la autoridad de la Iglesia tiene el sagrado deber de exigirles a sus fieles que se comporten en conformidad con esta ley natural a la hora de, por ejemplo, ejercer su voto. La Iglesia no le dice a nadie por quién votar, pero sí con qué criterios votar. Una directriz concreta que se desprende de esta doctrina es que ningún católico debe votar nunca por una ley y menos aún por un candidato proaborto, so pena de caer en pecado mortal (Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración sobre el aborto provocado, 1974, no. 22). En el caso de dos candidatos proaborto y sin haber un tercero con reales posibilidades de ganar, se justifica el voto por el que es menos malo en ese mismo asunto, debido a una evidente y grave razón proporcionada.
El tema del aborto cobra prioridad por encima de los demás problemas sociales, debido a que el derecho a la vida es la base y la condición de todos los demás derechos, a que el aborto (como también la eutanasia) es un acto intrínseca y gravemente malo (Declaración sobre el aborto provocado, Introducción, no. 11), y también debido a que el número de víctimas de este acto abominable supera drásticamente al de cualquier otro ataque contra la vida de seres inocentes. Cada año en el mundo, el aborto quirúrgico mataentre 36 y 53 millones de personas no nacida s y en EEUU a 1.2 millones (Henshaw, Family Planning Perspectives , 1990, 22 :76-89 y Alan Guttmacher Institute, Facts of Induced Abortion in the United States, May 2011, http://www.guttmacher.org/pubs/fb_induced_abortion.pdf). [Nada de lo afirmado aquí va en detrimento alguno de la compasión y la acogida a la mujer que ha abortado o a otras personas que se han involucrado en el aborto ni de la invitación que debemos hacerles al recurso al Sacramento de la Confesión, imprescindible para que los católicos obtengan el infinito perdón de Dios de sus pecados mortales (http://www.vidahumana.org/temas-de-ayuda/ayuda-postaborto).]
En conclusión, no hay justificación alguna para los secularistas de pretender callarle la boca a la autoridad de la Iglesia cuando sus enseñanzas morales tienen implicaciones políticas o cuando sus fieles actúan conforme a dichas enseñanzas en la esfera pública. Tampoco tienen justificación alguna aquellos católicos que pretenden desobedecer a la Iglesia en este asunto, porque al hacerlo desobedecen al mismo Cristo, Quien dijo a sus Apóstoles, de quienes el Papa y los obispos son los sucesores: “Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado” (Lucas 10:16, y Catecismo, nros. 87, 858, 861 y 862).

9/9/12

LA CIUDAD DEL HOMBRE


Estamos ante «un proceso en el cual los pueblos que han conocido y practicado el
mensaje cristiano han promovido una revolución contra este mensaje. Esta es la revolución
anticristiana. Cristo dijo: «buscad primero el reino de Dios». Y los pueblos cristianos le
contestan: «de ninguna manera, buscaremos primero nuestro bienestar. Edificaremos la
ciudad del hombre. Y he aquí que, desde hace casi cinco siglos, la europa cristiana ha
comenzado a volver sus espaldas al evangelio, a su propagación, y se ha dedicado a
empresas puramente materiales»14.
«El “buscad primero el reino de Dios”, no es una palabra vacía del señor. Es una ley
para los pueblos. Es una ley de la historia. Es una solución también para los pueblos y para
la historia que, cuando por infidelidad han caído en los abismos de la degradación,
encuentran su remedio en la palabra del señor. Logos quiere decir palabra. Y el mundo de
hoy, sobre todo el mundo que fue cristiano y ya no lo es. Necesita del soplo del logos, de la
palabra, que lo levante y le dé nueva vida [...] Sólo esta palabra puede salvarle»15.
La Iglesia lucha para conservar y perpetuar esta herencia cristiana. Es necesario
luchar contra enemigos poderosos, rompiendo los lazos de la muerte y venciendo a los
enemigos, del mismo modo que él lo hizo en el calvario. Los enemigos de hoy tratan de
destruir el ideal del individuo. Es una herejía intelectual que busca penetrar dentro de la
vida académica y universitaria, pues el enemigo ha aprendido la gran lección de la Iglesia
católica y sabe que si ellos pudieran moldear la mentalidad de la juventud de hoy,
controlarían los hombres del futuro. Nosotros no solamente anhelamos establecer los
principios cristianos en la vida del individuo; buscamos formar también una relación
internacional fundada en los principios divinos de justicia y caridad. La sociedad, como el
individuo, es obra de Dios y dependiente en su existencia del todopoderoso. El ignorar
este principio de la justicia ha dado lugar a la mayor amenaza de la paz mundial. La
igualdad está basada en la independencia; la independencia supone el derecho de cada
nación de controlar sus propios puntos internos, sin contraposición de nadie, igual se trate
de grandes potencias como de pequeños países.

8/9/12

LA HISTORIA MAL CONTADA

Mientras los revolucionarios -enemigos eternos de Dios, la Patria y el Bien Común- recuerdan en sus infames eventos a sus caídos EN COMBATE, su gobierno nos impone -por todos los medios del sistema- el falso relato de las pobres “víctimas” de la “represión”…
¡¡Digamos BASTA a la mentira gobernante!!

LA TRAGEDIA DEL ABORTO

El aborto es la tragedia más grande y escandalosa de los últimos tiempos.
Según cálculos modestos, se realizan más de 60 millones de abortos quirúrgicos por año, a los que hay que sumar cerca de los 500 millones que se calculan en las mujeres que usan dispositivos intrauterinos y píldoras abortivas.
Solamente teniendo en cuenta los abortos quirúrgicos, se realizan en el mundo casi dos abortos por 
segundo: "es un baño de sangre por el que pasa nuestra civilización y por el que clama el Cielo".
El aborto es una forma particular de homicidio, agravado por numerosas circunstancias:
* Primero, por el sujeto asesinado, es decir por la condición indefensa del nasciturno y por la privación de los bienes sobrenaturales del Bautismo. Es lo más inocente en absoluto que se pueda imaginar. ¡Jamás podrá ser considerado un agresor, y menos aún un agresor injusto!
* Segundo, por el responsable principal: que es la misma madre, o quien le sirve de compañia.
* Tercero, por el ejecutor principal y sus colaboradores: que son las personas que tienen por vocación y profesión la defensa de la vida: médicos y enfermeros.
Por todas estas razones, el Concilio Vaticano II calificó al aborto como “DELITO ABOMINABLE”. El Papa Juan Pablo II lo llamó "crimen abominable” y “vergüenza de la humanidad”. ¿Acaso no es peor que cualquier guerra?
(Padre Emilio A. Parrado)

JESUS EL QUE HACE HABLAR A LOS MUDOS


“Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos” (Mc 7, 31-37). En la curación del sordomudo, hay algo más que la mera curación de una enfermedad que afecta la capacidad de oír y de hablar: el gesto de Jesús es un anticipo del sacramento del Bautismo, en el cual se signan los oídos y los labios del bautizando con la señal de la Cruz, pidiendo que se abran al Evangelio. Y si se pide esto, es porque el hombre, a causa del pecado original, nace espiritualmente sordo y mudo a la Palabra de Dios, -y también ciego-, lo cual sólo puede ser curado por una intervención sobrenatural, proporcionada por la gracia divina. En el rito del bautismo, el pedido de sanación y apertura de los ojos espirituales, está significado con el don del bautismo, ya que por el mismo, se otorga la fe, la cual es una capacidad de ver espiritual y sobrenaturalmente, que se dona gratuitamente al alma.
         Por este motivo, la curación del sordomudo es también un anticipo y una prefiguración de la curación que obra en el alma la gracia santificante, que permite escuchar la Palabra de Dios con los sentidos abiertos y elevados por la vida divina; permite hablar la Palabra de Dios con un nuevo espíritu, el Espíritu Santo, y permite ver las realidades sobrenaturales, con la luz de la fe.
         Mientras no se reciba el bautismo, no se abrirán los sentidos espirituales a la vida de la gracia, y el alma no podrá ver la luz de la gracia ni el rostro de Cristo, no podrá escuchar a Cristo, que es Palabra de Dios, y no podrá ser causa de la verdadera alegría para los demás, anunciándoles el Evangelio, ya que no tendrá la capacidad para hacerlo.
         Mientras el alma no reciba la gracia sacramental del bautismo, por medio de la cual se abren los sentidos espirituales a Cristo, Luz del mundo, el alma vivirá como ciega, en la oscuridad total, ya que es imposible para el hombre percibir el misterio de Cristo Dios con las propias fuerzas; además, vivirá como sorda, ya que no tendrá la capacidad que otorga la gracia santificante, de poder oír la Voz del Padre, la Palabra de Dios encarnada, Cristo Jesús; mientras no se bautice, vivirá como un sordo espiritual, ya que no podrá proclamar a Cristo, porque como dice la Escritura, “Nadie puede pronunciar siquiera el nombre de Cristo, si no lo asiste el Espíritu Santo”.
         En síntesis, quien no recibe el sacramento del bautismo, permanece ciego, sordo y mudo frente al misterio de Jesús. De esto se sigue el enorme daño que se le hace a un niño cuando se dice: “No lo voy a bautizar ahora; que él decida cuando sea grande”, ya que con esa decisión arbitraria, se priva al niño del don de la fe y de la gracia santificante, que además de sustraerlo al influjo del demonio, el Príncipe de este mundo, le concede la sanación espiritual a través de la cual puede ver a Cristo con la luz de la fe, puede oír su Palabra en la Escritura y en el Magisterio de la Iglesia, y puede dar testimonio de Él, ganándose de esta manera un lugar en el Cielo.
         Quienes no quieren bautizar a sus hijos, y lo dejan para cuando “sean grandes”, no son conscientes del enorme daño y de la gran injusticia que cometen contra estos niños.
         Llegados a este punto, muchos podrían decir: “Yo fui bautizado a los pocos días de nacer, y sin embargo, no tengo fe, o tengo muy poca fe, y en cambio tengo muchas dudas, y por eso no sé qué responder a las sectas cuando golpean a mi casa”, o también: “Cuando alguien me habla de otras religiones, a mí me da igual, porque todas son lo mismo”.
         Es cierto que el bautismo sacramental concede la sanación de la ceguera, la sordera y la mudez espirituales, y capacita al alma para conocer a Cristo, oírlo, amarlo y proclamarlo, dando testimonio de Él. Pero también es cierto que el don recibido en el bautismo es como una semilla y, como toda semilla, necesita ser regada, necesita ser abonada, necesita que se remueva la tierra, que se arranquen las malezas, que se ponga un tutor, de manera que el árbol de la fe, que va creciendo de a poco en el alma, pueda dar frutos exquisitos.
         Si esto no sucede, si el cristiano abandona su Iglesia porque no tiene fe, o porque las dudas son mayores a la fe, es porque faltó regar la semilla de la fe con el agua de la gracia santificante, que se obtiene de la fuente cristalina de los sacramentos; faltó arrancar la mala hierba de la soberbia, de la pereza espiritual, de la vanidad y del orgullo; cuando no hay fe, es porque faltó ponerle a la semilla de la fe recibida en el bautismo, un reparo al sol ardiente del mediodía, las pasiones sin control; faltó el abono de la frecuente lectura espiritual y de la Sagrada Escritura; cuando la fe tambalea, y dudo si Jesús está o no en la Eucaristía, o cuando me da lo mismo Sai Baba, Sri Shankar, Claudio Domínguez, y cuanto charlatán aparezca, es porque faltó el tutor, la guía que se pone a los árboles para que no crezcan torcidos, un director o guía espiritual, un sacerdote de la Iglesia Católica; cuando la falta de fe lleva a recoger frutos amargos de soberbia, agrios de avaricia, de lascivia, de pereza, es porque la semilla de la fe, que fue plantada en el bautismo, fue descuidada, y terminó por secarse.
         “Cuando Jesús lo sanó, se le abrieron los oídos, se le soltó la lengua, y comenzó a hablar normalmente (…) En el colmo de la admiración, todos decían: “Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos””. En el bautismo sacramental, Jesús ha obrado con nosotros un milagro infinitamente más grande que la mera curación de una sordera y una mudez: nos ha abierto los ojos, los oídos y los labios del alma, capacitándonos para verlo, escucharlo y proclamarlo, más que con palabras, con obras de misericordia. Nuestros prójimos están esperando nuestro testimonio de amor misericordioso y operante.
        

3/9/12

DIOS Y PATRIA


El nacionalismo católico como empresa política y misional es resultado de una voluntad, esclarecida por el saber preciso de los grandes propósitos de la fe universal, no podemos adjudicar el nacimiento del nacionalismo como acción de lucha por decirlo de alguna manera, a la época de la revolución francesa, como afirman algunos conservadores, ya que en la antigüedad misma encontramos como ejemplo al pueblo hebreo fundado sobre los pilares de su religión y su cultura como eje y centro de la organización de su nacion.Por tanto, el Nacionalismo se encuentra en la misma sagrada escritura, en la cual vemos las luchas de los macabeos contra potencias extranjeras amenazantes de su cultura y religión.  El patriotismo nacional es en esta perspectiva, eminentemente aristocrático, y es privilegio de una nobleza, entendido en el sentido espiritual de la palabra, de la nobleza férrea de nuestra estirpe argentina, transmitida patriarcalmente o asimilado en el caso de los inmigrantes católicos y trabajadores que abonaron este suelo aparejados al criollo.
Las comunidades organicas,como la familia, la profesión, la religión no se disuelven en la Iglesia como en al acido corrosivo de ideologías internacionales, mas bien los contiene en sentido integrador, perfeccionando intrínsecamente su naturaleza hasta hacerlas participes de la misión redentora de la Iglesia de Cristo.

EL MAYOR CRIMEN DE LA HISTORIA



§        La vida de un ser humano comienza cuando se forma su primera célula.
§        El desarrollo prenatal y el embarazo naturalmente coexisten, pero pueden ser artificialmente disociados.
§        Aborto es toda interrupción letal del desarrollo prenatal, si bien la valoración moral depende del tipo.
§        El aborto provocado a nivel individual es dañoso, y a nivel social es la mayor injusticia.
§        El aborto provocado directo es un homicidio.
§        Legalizar el aborto es un crimen contra la humanidad, y hacerlo por presión o en connivencia con el extranjero es traición a la Patria.
§        Una ley inicua no obliga en conciencia. Más aún, resistirla es un deber moral.

VIERNES 31 EN LA LEGISLATURA



ARGENTINA SERA CATÓLICA O NO SERA NADA


La Argentina no se reencontrara a sí misma sin el retorno a sus orígenes. No la salvarán los planes económicos, la urnolatría democrática ni los golpes militares sino el regreso a la Fe. a Dios y a sus mandamientos, el reconocimiento de la Realeza del Verbo Encarnado, la instauración de la Patria en Cristo, que es la única posible civilización del Amor. Por eso el Nacionalismo debe caracterizarse por su respeto a lo tradicional, por la vuelta a lo que hay de eterno en el pasado.
Y por ello, el Nuevo Orden Internacional, que se construye ignorando al Único Rey Divino, no solo aparece como un nuevo intento de edificar al mun­do como una nueva Torre de Babel, sino que de lograrse —cosa que dudamos— solo podrá ofrecer una base material apta para el reinado del Anticristo.


YO NO LO QUITO

EN ESTA CUBA BABILÓNICA LOS ÚNICOS PERJUDICADOS SOMOS LOS CATÓLICOS!!EL ATAQUE A LA FE Y LOS VALORES EVANGÉLICOS ESTA A LA VISTA Y LA GUERRA QUE NOS PRESENTA LA DEMOCRACIA TAMBIÉN. AYER EN LA LEGISLATURA PORTEÑA!!